En una rueda de prensa en el Parlamento catalán, Arrufat calificó de “previsible” la “suspensión total” decretada por el Tribunal Constitucional, “un órgano que es de todo menos independiente” y que “ha reaccionado como marcaba el guión político”, pero reclamó al Gobierno catalán que “no se autosuspenda” la votación y apuntó que será “válida políticamente” si hay una participación y una movilización masivas.

El diputado de la CUP señaló que si se pronuncia lo que considera una mayoría social por la independencia “eso será muy difícil impugnarlo desde Madrid” y, aunque no tiene una fe al 100% en que se pongan las urnas, defendió que, de momento, el Gobierno catalán ha sido fiel a su compromiso con la voluntad popular.

Eso sí, dijo que le parecería “un imperdonable paso atrás” que cediera la iniciativa al Pacto Nacional por el Derecho a Decidir. Aunque considera que el proceso ya está fundamentalmente en manos de la sociedad civil, pidió a la Generalitat que mantenga la cobertura logística, la responsabilidad política y jurídica y que “aguante el pulso”, porque a su modo de ver no es jurídico sino político por ambas partes.