Según un estudio realizado por la entidad supervisora, las pérdidas pueden llegar a ser “muy significativas” y en algunos casos concretos superiores al millón de euros, por lo que la CNMV considera que la inversión en CFD “no es adecuada para todos los inversores”, al requerir “conocimientos del mercado y seguimiento constante”.

Ese nivel de pérdidas, que puede superar lo invertido debido al efecto multiplicador que produce su apalancamiento, provoca una elevada rotación de clientes, ya que la cuarta parte de ellos realizan operaciones sólo durante uno o dos meses antes de abandonarlas.

El análisis estudia el resultado obtenido por los 8.000 clientes de las entidades más activas en la comercialización de este producto complejo, que acumulan una cuota de mercado superior al 85%, entre enero de 2012 y octubre de 2013.

El estudio se realizó a raíz de la proliferación en los últimos años de entidades y plataformas de Internet centradas en la comercialización de este producto “complejo y arriesgado” entre inversores minoristas.

La CNMV criticó las campañas publicitarias de estas empresas, por destacar solo los aspectos positivos del producto, y les instó a que corrijan los defectos y adapten los anuncios a los principios de la normativa de defensa del inversor.

La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) ya advirtió en 2013 de que sólo deberían invertir en CFD quienes cuenten con una “experiencia amplia en mercados volátiles” y dispongan de “tiempo suficiente para gestionar su inversión”.