Sequía
Un 42% de España está en emergencia o alerta por escasez de agua, según el Gobierno
- El año hidrológico acumula un 17,1% de déficit de lluvias
- La reserva hídrica se encuentra al 37% de la capacidad total de los embalses
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La situación de sequía en España se traduce en que un 14,6% del territorio nacional está en emergencia por escasez de agua y un 27,4% en alerta, lo que suma un total de un 42%. La precipitación media está un 17,1% por debajo de lo normal en el actual año hidrológico, que comenzó el pasado 1 de octubre.
Esos datos figuran en un informe sobre la gestión de la sequía en 2023 elaborado por los ministerios para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y de Agricultura, Pesca y Alimentación, y presentado este martes en el Consejo de Ministros.
Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en funciones, apuntó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que la tendencia del agua embalsada en los últimos 10 años es “clara” en cuanto a su disminución.
La reserva actual de los embalses se sitúa ahora a un 37% de la capacidad total con 20.734 hectómetros cúbicos acumulados. La situación más grave se centra en Guadalete-Barbate (16,5%), el Guadalquivir (19,1%), las cuencas internas de Cataluña (23,3%) y la cuenca mediterránea andaluza (25,1%).
Todo ello hace que un 14,6% del territorio español se encuentre en emergencia por escasez de agua (sobre todo en el Guadiana, Cádiz, Málaga y zonas de Cataluña y el norte de Castilla y León) y un 27,4% en Alerta (el Guadalquivir, el norte de Aragón, el norte de Castilla y León, y amplios lugares de Cataluña).
La reciente DANA (depresión aislada en niveles altos) ha supuesto un alivio en algunas zonas, ha mejorado la humedad del suelo y ha servido para recuperar cierto volumen de almacenamiento, pero no ha solucionado los problemas. “Observamos muy pocos cambios”, indicó Ribera.
Por ello, el Gobierno prevé invertir 11.839 millones de euros con los planes hidrológicos entre 2022 y 2027 para impulsar la desalación y la reutilización, así como la eficiencia en el uso del agua, a través de la mejora de las conducciones e infraestructuras de regulación. A ello se suman 3.060 millones del Perte (proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica) de digitalización del agua, que impulsa el uso de nuevas tecnologías y ’big data’.
AGRICULTURA
Por lo que se refiere a los efectos de la sequía en la agricultura y la ganadería, los cultivos extensivos y los pastos son los sectores más perjudicados. Así, en la producción de cereales de otoño e invierno se prevé una reducción de un 40% con respecto a la campaña pasada, la producción de cebada se ha reducido en un 39% y la de trigo blando en un 36%. La superficie de maíz ha disminuido en un 20% por la menor disponibilidad de agua para riego. En consecuencia, España deberá importar 20 millones de toneladas de cereales para satisfacer la demanda de consumo y fabricación de piensos.
El informe del Consejo de Ministros señala que el descenso en los rendimientos de oleagiosas (girasol y colza) se estima en un 30%. También se esperan producciones inferiores de leguminosas en grano, principalmente lentejas.
La sequía ha afectado de manera directa a los árboles y producción de frutales, tanto por la falta de lluvias como por las restricciones de agua para riego. En fruta dulce se han obtenido productos de menor calibre, que perciben menores cotizaciones en el mercado e inciden negativamente en la rentabilidad de las explotaciones.
En algunos cultivos hortícolas, la falta de agua ha producido una disminución de la superficie sembrada. Así, en Andalucía apenas se han sembrado 1.700 hectáreas de tomate de industria, cuando lo habitual está en torno a las 6.600 hectáreas.
En cuanto al olivar, se espera una campaña algo mejor que la anterior. La evolución de la situación climática en las próximas semanas será determinante para la nueva campaña del aceite, que empieza el 1 de octubre.
Las perspectivas de producción de una de vinificación han mejorado algo tras las recientes lluvias. La escasez de precipitaciones desde los primeros meses del año y las temperaturas más elevadas de lo habitual, además de los episodios de granizo, tormentas y heladas primaverales, o ataques de mildiu en algunas regiones, hacían prever una cosecha inferior a la del año pasado. El sector maneja un nivel de producción en el entorno de 36 millones de hectólitros de vino, frente a los 41 millones de la campaña pasada.
GANADERÍA
En la ganadería, la producción en extensivo es la más afectada por la sequía. Además de la escasa disponibilidad de pastos, también encarece las materias primas para alimentación animal, lo que ha incrementado los costes de producción.
La sequía está contemplada dentro de los seguros agrarios en la gran mayoría de los cultivos que se desarrollan en secano: herbáceos extensivos (cereales, leguminosas, girasol), uva de vinificación, olivar, almendro, remolacha azucarera y algunos cultivos forrajeros.
Con la proliferación de fenómenos climatológicos adversos, 2023 va a ser el año de mayor siniestralidad en la historia del seguro agrario, según el Gobierno, pues se prevé que las indemnizaciones sobrepasarán los 1.000 millones en 2023, de los cuales 460 millones se destinarán a cultivos siniestrados por la sequía, más del 90% de ellos ya abonados hasta agosto.
(SERVIMEDIA)
12 Sep 2023
MGR/gja