Aquel suceso desencadenó una violenta reacción de los vecinos del pueblo, que al día siguiente asaltaron y quemaron siete viviendas de familias gitanas, tras finalizar una manifestación popular de protesta contra el asesinato, que encabezó el alcald del pueblo.

La sentencia, dada hoy a conocer, refleja casi exactamente las peticiones del fiscal José María Casado. Al gitano Julio Romero, considerado autor de un delito de homicidio, la Audiencia Provincial le ha impuesto 15 años de reclusión menor y 20 días de arresto menor por una falta de lesiones.

Los padres de Julio han sido condenados a 7 años de prisión menor cada uno como cómplices de un delito de homicidio, además de 3 años más impuestos al padre, Antonio, por lesiones. Por su parte, osé Romero Fernández ha recibido la misma pena que Antonio.

La sentencia considera que entre la familia Arroyo y la Romero existía una enemistad desde antiguo, que se manifestó en los sucesos de la noche del 18 de mayo de 1991.

En aquella ocasión, Angel Arroyo cayó muerto por heridas de navaja en el transcurso de una pelea en la puerta de un bar de la localidad. La Audiencia Provincial de Jaén ha estimado que el homicidio no fue cometido con premeditación, tal y como consideró la acusación particlar, que calificó los hechos de asesinato.

El juicio se desarrolló la pasada semana entre grandes medidas de seguridad, para evitar enfrentamientos entre los familiares de los acusados, gitanos, y vecinos payos de Mancha Real que acudieron a presenciar la vista oral.