La organización instó a Obama a materializar su "cambio de tono" respecto de Bush con "acciones concretas" y con el cierre de Guantánamo, "en consonancia con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos".

Amnistía recordó que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, consideró el mes pasado, en un discurso sobre los derechos humanos, que la rendición de cuentas era "elemental" en el Gobierno de Obama y que éste había ordenado el fin a la tortura de la CIA y el cierre de Guantánamo.

Pero indicó que, un año después de la toma de posesión de Obama, casi 200 personas siguen detenidas en Guantánamo sin ser juzgadas y que "la rendición de cuentas de las violaciones de derechos humanos cometidas contra éstos y otros detenidos en la llamada 'guerra contra el terror' sigue siendo más un mito que una realidad".

En este sentido, Amnistía desconfió de que el Gobierno de Obama rinda cuentas sobre estos abusos porque, según agregó, "con demasiada frecuencia ha adoptado una postura que promueve la impunidad" en los litigios relacionados con las obligaciones internacionales de Estados Unidos sobre las violaciones de derechos humanos en el pasado.

Por ejemplo, Estados Unidos se opuso a una demanda de cuatro británicos presuntamente torturados y detenidos arbitrariamente en Guantánamo y mantiene la negativa del Gobierno de Bush a que los detenidos en la base aérea de Bagram (Afganistán) puedan acceder a abogados y a un juicio justo.

Amnistía recalcó que cuando Estados Unidos se adhirió al Consejo de Derechos Humanos de la ONU el año pasado, la Administación Obama alegó que "Estados Unidos no va a mirar para otro lado ante las graves violaciones de derechos humanos. La verdad debe decirse, los hechos deben salir a la luz y afrontar las consecuencias".