Lo hará a través de su portavoz en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, Conxita Tarruella, quien considera necesario que se dé “el mismo tratamiento legal” al cigarro electrónico que al convencional y que, por lo tanto, el primero se regule bajo el paraguas de la ley antitabaco, que establece las medidas sanitarias frente al tabaquismo, así como las pautas de venta, suministro, consumo y publicidad de los productos del tabaco.

CiU explica que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que el cigarro electrónico “es tan perjudicial como el tabaco”. Asimismo, señala que expertos en salud pública aseguran que estos cigarrillos contienen sustancias, como el glicerol o el propilenglicol, “que pueden ser cancerígenas”.

A esto hay que añadir que miembros de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica han advertido recientemente de que este tipo de cigarrillos contienen algunas sustancias idénticas a las que llevan los cigarrillos convencionales y, en consecuencia, “pueden causar cambios en los pulmones a corto plazo muy parecidos a los que producen al fumar tabaco normal”.

CiU señala que los cigarros electrónicos están ganando terreno al cigarro convencional. “Su consumo se ha triplicado en dos años a juzgar por las cifras que se desprenden de sus ventas: 233 millones de euros en Estados Unidos en 2011”, apunta.