En declaraciones a Servimedia, Alonso señaló que esta tesis defendida por Català en una entrevista en junio no tiene "mucho que ver con la línea argumental" que ha mantenido hasta ahora el Gobierno central en relación a la iniciativa soberanista de la Generalitat, y que confía en que, frente a su opinión personal, se imponga el carácter colegiado que tienen las decisiones del Consejo de Ministros.

No obstante, comentó que espera que su nombramiento en sustitución del dimitido Alberto Ruiz-Gallardón no represente una vuelta al "escenario del cambalache y el pasteleo" que los gobiernos del PP y el PSOE han llevado a cabo durante toda la democracia con el nacionalismo catalán, que, dijo, ya es "separatismo con mayúscula".

El número dos de Ciutadans rechazó todo lo que sea una "reforma ad hoc" para buscar un mejor encaje de la singularidad catalana, y recordó que la Constitución ya recoge esa singularidad al distinguir entre nacionalidades y regiones y que todo el desarrollo legislativo posterior ha incidido en esa distinción.

Para Alonso, España está "perfectamente estructurada" y Cataluña "perfectamente encajada" en el Estado, por lo que no hacen falta reformas que, en cualquier caso, habría que ser "demasiado ingenuos" para creer que colmarán las aspiraciones de los nacionalistas catalanes.

El secretario general de Ciutadans añadió que, junto a esa supuesta singularidad, el Estado ha de garantizar bienes superiores, como la libertad, la igualdad, la solidaridad y la justicia, ámbito que Català tendrá bajo su jurisdicción.

Todos ellos le parecen temas demasiado serios como para que el Gobierno caiga otra vez en la "tentación" del cambalache con el nacionalismo catalán, por lo que Alonso confía en que el nuevo ministro "no sacará los pies del tiesto" y cumplirá con sus obligaciones constitucionales con independencia de sus opiniones personales.