Hasta el pasado 7 de septiembre, los datos oficiales proporcionados por las comunidades autónomas al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, recogidos por Servimedia, indicaban que la superficie forestal abrasada a medida que iba transcurriendo este año era siempre superior a la de la misma fecha de 2013.

Así, los incendios forestales quemaron entre enero y febrero de este año 3.410 hectáreas, esto es, el triple de las 1.120 del mismo periodo de 2013. Esta tónica siguió manteniéndose hasta mayo, cuando se mantuvo esa proporción de tres veces más de superficie forestal arrasada este año (21.831,43) en relación a 2013 (7.914,11).

Posteriormente, esta diferencia se fue estrechando poco a poco, de manera que en los ocho primeros meses de este año (1 de enero a 31 de agosto) se quemaron 39.410,64 hectáreas, un 15% más que las 34.268,52 de 2013.

La primera semana de septiembre dio la vuelta a esta estadística negativa, puesto que sólo en estos siete días ardieron 10.027,4 hectáreas el año pasado y 1.796,13 en 2014. Hay que tener en cuenta que 2013 fue el mejor de la última década, de manera que 2014 lleva camino de superar los registros positivos en cuanto a menor superficie forestal que ha sufrido los efectos de las llamas.

MENOS SUPERFICIE, MÁS INCENDIOS

Sin embargo, en lo que va de año se han producido más siniestros que en 2013, lo que quiere decir que los incendios (que calcinan al menos una hectárea de superficie) o conatos (con menos de una hectárea quemada) son en estos últimos meses menos devastadores. De hecho, en 2014 se han registrado siete grandes incendios (más de 500 hectáreas calcinadas), por los 14 del año pasado.

Así, entre el 1 de enero y el 7 de septiembre de este año se han detectado 8.526 siniestros (un 10,46% más que en 2013), de los que 2.669 fueron incendios (un 23,9% más) y 5.857 conatos (un 5,27% más).

La media de incendios en ese periodo desde 2004 es de 4.433 (un 39,79% más que en 2014) y la de hectáreas forestales carbonizadas asciende a 100.405,40 (un 58,96% más).

De la superficie chamuscada este año, que corresponde al 0,150% del territorio nacional, 6.053,24 hectáreas corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto, a vegetación leñosa, concretamente 25.844,73 hectáreas de matorrales y monte abierto, y 9.308,80 de superficie arbolada.

ZONAS GEOGRÁFICAS

El noroeste de España (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró un 42,12% de los incendios y conatos forestales en lo que va de año, en tanto que el resto de siniestros se repartieron entre las comunidades interiores (36,90%), el área mediterránea (20,25%) y Canarias (0,73%).

Sin embargo, las comunidades interiores registraron un 52,11% de la superficie arbolada quemada, por delante de las regiones mediterráneas (27,54%), el noroeste (20,32%) y Canarias (0,03%).

En cuanto a la superficie forestal abrasada, la gran mayoría corresponde al noroeste (44,72%), seguida de las comunidades interiores (31,01%), el área mediterránea (24,21%) y Canarias (0,06%).