El acto, que comenzó a las seis de la tarde, consistió en la lectura de un pequeño discurso del delegado del Gobierno de la Generalitat en Madrid, Josep Maria Bosch, que concluyó con un brindis de los asistentes.

Bosch comenzó sus palabras recordando “a los hijos de la patria” que fueron convocados “para derramar su sangre” el 11 de septiembre de hace 300 años y destacó dos detalles del discurso pronunciado ayer por el presidente de la Generalitat, Artur Mas.

El primero, dijo, es que “el pueblo catalán no quiere imponer una decisión, quiere ser escuchado y llegar a acuerdos con todos”. “Queremos proyectar la mejor realidad del país, la Cataluña convivencial, culta, respetuosa, tolerante e integradora”, dijo Bosch, que añadió que esa es la Cataluña que quieren para todos.

Asimismo, aseguró que celebrar la Diada es reafirmar el compromiso de los ciudadanos con la patria catalana y las libertades de todos”. “Y enfatizo, de todos”, recalcó.

El acto de la Diada en Madrid tuvo lugar en la sede de la Delegación del Gobierno de la Generalitat en Madrid, ubicada en el Centro Cultural Blanquerna, que en esta ocasión estaba custodiada por siete furgones de la Policía Nacional ante la manifestación convocada por grupos de extrema derecha en las inmediaciones.