Tanto Homs como Corominas hicieron referencia a esta supuesta excepcionalidad, pero no la relacionaron expresamente con la iniciativa soberanista y la consulta programada para noviembre, sino con la circunstancia "numérica" de que se cumplen 300 años de la toma de Barcelona en la Guerra de Sucesión española que conmemora la festividad.

Ambos representantes del Ejecutivo y el Legislativo autonómicos destacaron la colaboración institucional que ha habido en la organización de los actos. Corominas reclamó para la Diada una "defensa de nuestra soberanía y nuestras libertades" y que sea "una masiva reivindicación" de "lo que somos como país".

"PROYECTOS DE FUTURO"

Homs, por su parte, subrayó que la Diada ha de ser no sólo una mirada al pasado de 1714, sino también incluir "proyectos de futuro". Así, defendió que éste es "un planteamiento que no presupone tener una idea política u otra".

Homs, quien justificó la supresión del tradicional acto de la Ciudadela desde "la convicción de que este año había que hacer un elemento de excepcionalidad", afirmó que "nadie puede sentirse excluido" de esta festividad y que quienes se han separado, en alusión a la Diada alternativa que prepara la antiindependentista Societat Civil Catalana, tendrán que explicar por qué lo han hecho.

Preguntado por las supuestas desavenencias entre CiU y ERC sobre si se ha de celebrar la consulta a toda costa aunque la suspenda el Tribunal Constitucional (como acordaron ambos partidos) o, por el contrario, se ha de pensar en un plan B en forma de elecciones autonómicas, Homs insistió en que éste es "un tiempo de decisiones, de ejecutar aquellos acuerdos que se han tomado" y "no de especulaciones" sobre el futuro. "Cuando se tomen las decisiones ya se explicarán", emplazó.