En declaraciones a Servimedia coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Ayuda Humanitaria, Bará denunció que “el paso de la asistencia y el acceso de los cooperantes se usa en muchos conflictos como arma de guerra” por parte de los bandos enfrentados.

Así sucede por ejemplo en Siria y en Gaza, donde 36 y 4 trabajadores de la Media Luna Roja, respectivamente, ya han muerto tiroteados o víctimas de bombardeos.

Solo en 2013 unos 150 cooperantes murieron en terceros países, y la situación resulta especialmente preocupante en el caso del personal sanitario que presta sus servicios en zonas de guerra (no tanto en catástrofes naturales), añadió Bará.

En Siria, Iraq o Gaza, por citar algunos ejemplos, los vehículos y centros de la Cruz Roja han sido objeto de ataques, “cuando sus emblemas son perfectamente distinguibles y reconocidos por todos”,.

Según Bará, “resulta imperativo que la ayuda se pueda prestar y que llegue allí donde se necesita”, y para ello “el derecho internacional debe ser respetado” por todas las partes en conflicto, “cosa que no siempre sucede”.

Hoy en día, unos 95 trabajadores de Cruz Roja Española se ocupan de distintos proyectos de cooperación en países en desarrollo, y de estos, alrededor de 40 atienden situaciones de ayuda humanitaria en Gaza, Sudán del Sur, Sahara Occidental y Sierra Leona, donde un equipo de 14 personas ha montado un hospital para hacer frente a la epidemia de ébola.

Se estima que más de 2.000 trabajadores colaboran con la Federación y el Comité Internacional, y que unos 30 millones de voluntarios participan en distintos programas de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.

Asia, África, América Latina y Oriente Medio son sus principales escenarios de actuación.