Lissavetzky señaló que el recorte del 31 por ciento en el presupuesto de Cultura implica una reducción “intolerable” de las actividades de los distritos.

En este sentido, denunció la pasividad del equipo de Botella ante “la hemorragia cultural” que ha supuesto el cierre de numerosas salas de proyección en distintos puntos de Madrid y que en algunos distritos se ha traducido en “una carencia absoluta de cines”. Asimismo, apuntó que la pasividad del gobierno local también está presente en la desaparición de recintos emblemáticos culturales, como el Palacio de la Música.

A estos indicios de falta de interés, el edil socialista sumó el deterioro del Teatro Madrid, que lleva dos años pendiente de que el Ayuntamiento acometa “alguna acción que le evite más desperfectos”, el retraso en la finalización de las obras de la biblioteca Fernando de los Ríos o “el prometido y nunca ejecutado” proyecto de construir una biblioteca en el barrio de San Fermín, pese a que los vecinos llevan reclamándola veinte años y el exalcade Alberto Ruiz-Gallardón en 2008 la incluyó en el Plan de Inversiones para el distrito.

Lissavetzky aseguró que “no es aceptable el recorte del presupuesto de Cultura en un 31%, porque así se reducen fundamentalmente las actividades culturales de los distritos.” “Y tampoco es aceptable que la política de inversiones del PP se plantee con unos criterios tan arbitrarios, que para algunas cosas haya dinero y otras lleven años esperando la atención del Ayuntamiento”, concluyó.