El máximo órgano de gobierno de Naciones Unidas expresó en una declaración presidencial su “grave preocupación” por las informaciones que aluden al control de oleoductos y pozos petroleros en Iraq y Siria por parte de estos dos grupos, que el Consejo de Seguridad considera terroristas.

Además, señaló que la incautación de esas infraestructuras puede generar ingresos que permitirían a esos grupos extremistas fortalecer sus esfuerzos de reclutamiento, incluido de combatientes extranjeros, y reforzar su capacidad para organizar y realizar actos terroristas.

El Consejo de Seguridad manifestó también su firme compromiso con la soberanía, independencia e integridad territorial de Siria e Iraq y, en ese sentido, condenó cualquier tipo de relación comercial directa o indirecta relacionada con petróleo procedente de esos países y en las que estén implicados grupos terroristas.