PSOE. “Estamos de nuevo en marcha para cambiar España”, afirma Pedro Sánchez

MADRID
SERVIMEDIA

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, aseguró este domingo en la clausura del Congreso Federal Extraordinario que le ha elegido que los socialistas están “de nuevo en marcha para cambiar España”, para defender a la clase media y trabajadora frente a las políticas del PP y para formular una alternativa que vuelva a ser mayoritaria. “Hoy es un pésimo día para quienes quieren un PSOE débil, porque salimos más fuertes y más unidos”, proclamó.

Sánchez se dirigió al plenario después de su proclamación como secretario general tras la votación de los militantes, el pasado 13 de julio, y de la aprobación de sus órganos de dirección con un respaldo superior al 86% de los delegados.

Ante todos ellos, ante los cuatro ex secretarios generales del PSOE, dos de ellos también ex presidentes del Gobierno, y ante los secretarios generales de UGT y CCOO, aseguró que la responsabilidad que asume es proporcional a la humildad que siente, y que será el líder de “todos” porque el voto directo de los militantes no legitima solo al secretario general, sino a todo el partido.

Se declaró “plenamente consciente” de la herencia que recibe, la de un partido de 135 años fundado por Pablo Iglesias, un hombre “cabal, honrado, insobornable, pacifista” y al que se refirió como “el abuelo de todos los socialistas”. Con ese legado, abogó por decir “alto y claro” que todo lo bueno que ha pasado en España ha llegado de la mano de los socialistas. Se comprometió por ello a “reivindicar todos y cada uno de los días de los gobiernos socialistas, de los dos grandes presidentes que ha tenido la democracia española”.

Aseguró que asume el reto de modernizar a una España “en la encrucijada” que desconfía de unos políticos “obsesionados por el corto plazo que olvidaron poner las luces largas”, que corre el riesgo de quedarse a la cola de la globalización y que se siente “indignada por la injusticia y ofendida por la impunidad”. Un país, añadió, que se siente “hastiado, indignado y herido”.

Pidió por ello ponerse “manos a la obra” para cuestionar “todo lo que no funciona” y dar la cara “no a través de pantallas de plasma”, para garantizar una España en la que trabajar permita llegar a fin de mes y tener tiempo para los hijos, con prestaciones por desempleo, con igualdad salarial, con pensiones dignas, sin “terrorismo machista” y donde la palanca de progreso sea el mérito y no “el enchufismo”, donde la indignación se torne en confianza. “El compadreo”, dijo, “se lo dejamos a Aznar, a Rato, a Blesa y compañía”.

Consideró “inaplazable” la transición económica para definir “cómo se va a ganar la vida España”, convencido de que no hay nada “más ideológico” que la economía y de que es necesario recuperar el espacio de la política en la gestión de la economía. “Nunca fue la economía. Siempre fue la política, siempre lo fue”.

Aseguró que los retos de la economía española son los mismos que antes de la crisis, y urgió al partido a definir una alternativa progresista tanto en España como en Europa, para que las clases medias dejen de sorportar el esfuerzo mayor contra la crisis, para animar las exportaciones mediante una depreciación del euro y para graduar el ajuste fiscal.

Con el dinero de todos, dijo, “hay que ayudar a todos”, y por eso exigió que la venta de bancos nacionalizados se haga con el mismo precio por el que fueron rescatados. Los ciudadanos no entienden, alertó, que no haya dinero para reducir las listas de espera “y se tiren 11.500 millones”. Quienes “despilfarran” esos recursos, denunció, son los mismos que decían que esa operación no costaría un euro a los contribuyentes.

Prometió una alternativa económica y fiscal que equipare rentas de trabajo y de capital, y la derogación de la reforma laboral, y también recuperar a los jóvenes del “exilio económico” para ponerlos “a la vanguardia” del cambio de modelo productivo, sin aceptar “generaciones perdidas ni olvidadas”.

A pesar de Mariano Rajoy “y de su primo”, avanzó que el PSOE hablará mucho del cambio climático como una gran responsabilidad y también una gran oportunidad, con el reto de volver a situar a España en la vanguardia de las energías renovables y de un cambio de modelo energético.

Se comprometió también a derogar la reforma de la ley del aborto si es que el PP la acaba con su “rodillo parlamentario”, porque es una legislación “retrógrada, integrista”. Se comprometió a volver a la de plazos, y a aprobar leyes de igualdad salarial, de igualdad de trato, también para las personas con discapacidad, y a reforzar la integración de los inmigrantes, a los que aseguró representación en las listas electorales municipales.

Reiteró también que no le temblará el pulso a la hora de “echar” a quienes cometan delitos de corrupción, y se reafirmó en la intención de endurecer el Código Penal para esos delitos, acabar con el aforamiento total de los cargos públicos, limitar a dos los mandatos en la Presidencia del Gobierno, reordenar la financiación de partidos, y garantizar la independencia de las instituciones que son garante de la higiene democrática, como el Tribunal de Cuentas.

A RAJOY: "QUE COJA LA ESCOBA"

Abogó también por una reforma de la ley electoral para facilitar la participación de los ciudadanos, pero reiteró su “claro y rotundo no” a la elección directa de alcaldes que pretende Mariano Rajoy, al que acusó de intentar “resolver sus líos internos” vistiéndolo de regeneración democrática mientras “trampea” o acomete “indecentes pucherazos electorales como el de Castilla-La Mancha”.

“Si quiere de verdad regenerar la democracia”, dijo a Rajoy el día antes de reunirse con él en el Palacio de La Moncloa, “que coja la escoba y empiece a limpiar su casa y su partido”, y que asuma responsabilidades políticas por la presunta financiación irregular del PP, “aunque sea en diferido”.

Otro de los grandes retos que señaló como prioritarios es la definición de un nuevo marco de convivencia terriorial, y en ese sentido defendió que la España autonómica “que queremos transformar en federal” no es la culpable de “desmanes” como el falseamiento de las cuentas públicas en la Generalitat Valenciana.

Acusó de ello a políticos “indignos” y defendió que tanto los catalanes como los demás españoles “queremos liberarnos de los mismos males”, entre ellos la corrupción, “que hay mucha en Cataluña, por lo que estamos viendo”. Son males que en un mundo globalizado “solo podemos resolver juntos”.

Se definió como socialista y como federalista, y defendió la reforma de la Constitución para frenar el choque de trenes, convencido de que la vía federalista es la única capaz de garantizar la unión de los pueblos de España. En ese punto, hizo una mención específica a los ex responsables del PSOE y del PSC, Alfredo Pérez Rubalcaba y a Pere Navarro, y elogió a los socialistas catalanes por haber sido los únicos en levantar “la bandera de la concordia y la convivencia” en momentos de tensión.

A vosotros, dijo a los socialistas catalanes, “no se os llena la boca de patria, pero la hacéis todos los días”, no como aquellos “hipócritas” que cuando deben elegir entre patria y patrimonio “eligen patrimonio y se lo lleva a un paraíso fiscal”.

Reafirmó también su compromiso de derogar los acuerdos con el Vaticano y precisó que el PSOE no es un partido “anticlerical” pero sí laico, que respeta las creencias de los ciudadanos y su derecho a organizarse, pero que aspira a estar “libre de tutelas” y sin “instancias que pretendan suplantar la libre voluntad de los ciudadanos”.

Pedro Sánchez aprovechó su discurso para defender su decisión de pedir a los eurodiputados socialistas españoles que votaran contra la elección de Jean Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea. Reconoció que fue una decisión “polémica” que algunos ven como un “error”, pero defendió que es “coherencia” con lo prometido en la campaña electoral.

Precisó que es un “europeísta convencido” al que se verá mucho en Europa para fortalecer las políticas progresistas dentro de la Unión, pero “si dijimos que no votaríamos a Juncker, no votamos a Juncker, y si decimos que no habrá grandes coaliciones ni en Madrid ni en Bruselas, no hay grandes coaliciones ni en Madrid ni en Bruselas”.

Utilizó ese ejemplo para rechazar la tesis de que las promesas electorales “se las lleva el viento” y que una cosa son los compromisos y otra la “política real”, porque el PSOE debe recuperar la coherecia y la credibilidad, sus “alianzas de siempre” para salir al encuentro de los indignados “que nos miran de reojo”, de los decepcionados por la política, de quienes se saben “engañados” por el PP, todo ello “sin populismos ni demagogias”.

"CUMPLIR LO QUE PROMETEMOS"

Se mostró convencido de que todos ellos irán volviendo al PSOE, pero para ello rechazó “jugar con las nobles expectativas” de la gente. Hay que explicar, puso como ejemplo, que si España no paga su deuda las consecuencias no las sufren los grandes directivos, sino los trabajadores, y hay que asumir que a un partido con vocación de gobierno “las promesas no le salen gratis”.

La fórmula es “bien sencilla”, concluyó: “cumplir lo que prometemos, ni más ni menos”. Por ello, para dar ejemplo de transparencia, se comprometió a publicar trimestralmente las cuentas del partido y a que nadie pueda ocupar un cargo sin publicar su declaración de bienes e intereses. Nadie debe renunciar a la posibilidad de ese cargo ni “avergonzarse” de patrimonio, grande o pequeño, afirmó, pero todos deben saber que el principal patrimonio de los socialistas es “la honradez y la transparencia”.

Frente a los populismos que se limitan a colocar las velas en función de la dirección del viento, Sánchez se refirió al PSOE como un gran cauce al que pueden afluir nuevas energías, con una remontada que tiene ya en Andalucía, Asturias y Canarias el “contraste contundentes” de políticas respecto al PP, y que se experimentará en las elecciones municipales y autonómicas, para las que prometió todo su esfuerzo.

“Hoy es un mal día para la derecha, para todos los que quieren imponernos su moral y erosionar el estrado del bienestar, para quienes quieren aprovechan crisis para convertir en realidad sus sueños más inconfesables, para los de sobres llenos y las conciencias vacías, los tramposos que se envuelven en la bandera de Españ y se llevan el dinero a paraísos fiscales, para quienes su único proyecto es atacar a socialistas, quienes necesitan decir que todos somos iguales para sentirse diferentes”, afirmó.

Es, concluyó, “un pésimo día para quienes quieren un PSOE débil, porque de este congreso salimos más fuertes y más unidos”, con los socialistas “de nuevo en pie, en marcha para cambiar España. Lo hemos hecho dos veces y lo vamos a hacer una tercera”.

Sánchez había comenzado su discurso con la petición al Gobierno, a la Unión Europea y a la comunidad internacional para frenar la guerra en Gaza. Poco menos de una hora después y junto al resto de su Ejecutiva, clausuró el Congreso Federal Extraordinario cantando La Internacional pero sin el puño en alto.

(SERVIMEDIA)
27 Jul 2014
CLC/IRG/LDS/VBR