En una carta abierta dirigida a Núñez Feijóo, esta asociación, cuyos miembros rechazaron la medalla, explica que algunos de ellos intentaron acudir a ese acto celebrado en la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela.

“Aunque algunas víctimas expresamos que no queríamos esa medalla y menos ese día, pensamos que estaríamos invitadas de forma indirecta, ya que el acto estaba organizado para honrarnos”, explican en la misiva.

A este respecto, dicen al presidente gallego que "queríamos explicarle de forma pacífica cuál era nuestra postura y el por qué de nuestra negativa”.

Por ello, lamentan que, “una vez desplazados allí, a pesar de las dificultades por la lejanía del lugar y a los impedimentos de muchos de nosotros para desplazarnos por las secuelas del accidente, nos encontramos con que una auténtica muralla de fornidos policías, armados con pistolas y porras, nos impidió la entrada, a pesar de que portábamos los certificados de defunción de los familiares fallecidos o los certificados del hospital”.

“Ante nuestra sorpresa e indignación, los policías nos dijeron que cumplían órdenes y que acudiría un responsable en unos minutos para darnos explicaciones. Nadie vino, ninguna explicación se nos dio”, prosigue el escrito.

Además, denuncian que durante todo el día un agente de la policía secreta les siguió durante toda la jornada allá por donde iban. En la misma línea, denuncian que más tarde, cuando Núñez Feijóo acudió a la catedral a la misa funeral, a la que no estaba invitado porque las víctimas querían que fuera íntima y sin políticos, un policía empujó a una mujer, madre y abuela de dos heridos en el accidente, que intentó acercarse al presidente autonómico.

“Señor Feijóo, su conducta es contraria a los derechos humanos, a los más mínimos sentimientos de piedad y humanidad, y el pueblo gallego no se merece tener un presidente que actúa con tamaña vileza y vesania. Váyase, las víctimas, el pueblo gallego, los españoles de bien y toda la Humanidad se lo agradecerán”, concluye la carta.