Más de dos semanas después de que Israel iniciara su ofensiva militar, al menos 70.000 niños se han visto obligados a abandonar sus hogares con sus familias, en tanto que un menor palestino ha perdido la vida cada hora en los dos últimos días. “La impactante cifra de niños muertos, heridos o desplazados en Gaza requiere una respuesta internacional inequívoca para detener este derramamiento de sangre”, indicó Save the Children.

El personal de Save the Children y sus socios locales en Gaza trabajan en zonas atacadas de Gaza para proporcionar suministros médicos y ayudar a las familias desplazadas con colchones, materiales de refugio, kits de higiene y materiales para el cuidado de los bebés, aunque esta ONG recalcó que “el nivel de necesidad es abrumador”.

“La comida para los bebés es extremadamente escasa, lo que pone a las madres en una situación de enorme estrés. Los médicos también están alertando de que los partos prematuros se están duplicando”, añadió.

El doctor Yousif Al Swaiti, director del Hospital Al Awda, con el que trabaja Save the Children, destacó que el personal de este centro ha visto “muchos partos prematuros como resultado del miedo y de los problemas psicológicos causados por la ofensiva militar”. “El número de casos de partos prematuros se ha duplicado, comparado con los que había antes de la escalada de violencia”, agregó.

El doctor Raed Sabbah, director de la Unión de Comités de Trabajadores Sanitarios, afirmó que las escuelas que están albergando a miles de desplazados en la Franja de Gaza se están enfrentando a cortes de agua y las familias están luchando por encontrar alimento para sus hijos y bebés.

“GUERRA CONTRA LOS NIÑOS”

Save the Children está ampliando su respuesta para proporcionar agua a las familias desplazadas y rehabilitar instalaciones de agua y colegios, y también está aumentando los servicios de apoyo a los niños.

“Estamos viendo cómo años de trabajo se vienen abajo con cada explosión, ya sean infraestructuras civiles o el bienestar de los niños con los que hemos estado trabajando durante este tiempo”, dijo David Hassell, de Save the Children, quien añadió: “Nunca estará justificado que se ataquen escuelas y hospitales cuando tantos civiles no tienen dónde ir. Ninguna de las partes debería usar estas instalaciones para fines militares, condenamos el uso de la fuerza que hemos visto durante los últimos días”.

Save the Children pidió a la comunidad internacional que responda a “esta guerra contra los niños” ejerciendo toda su influencia diplomática para poner fin inmediato al derramamiento de sangre y lograr que las partes en conflicto acuerden medidas a largo plazo para acabar con este ciclo de violencia, incluyendo el fin del bloqueo. “Si la comunidad internacional no actúa ya, la guerra contra los niños en Gaza pesará sobre nuestras conciencias para siempre”, concluye Hassell.