Lo explicó el propio Sánchez en rueda de prensa después de la reunión con el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y al ser preguntado por la reunión que mantendrá con Rajoy el próximo lunes, una vez que haya sido formalmente ratificado como secretario general.

"El tiempo del inmovilismo se ha acabado", sentenció, al tiempo que aseguró que Rajoy no encontrará "sorpresas" en el PSOE que él dirigirá en asuntos como la confrontación territorial con Cataluña.

Espera de Rajoy que concrete su "oferta de futuro" a los ciudadanos y "que se ejerzan los liderazgos", lo cual implica tener "visión", capacidad de acuerdo y de renovación.

La posición de los socialistas quedó clara en la llamada `Declaración de Granada´ que él asume, y en la aspiración de que esa "tercera vía" sea finalmente "de todos".

Considera que eso pasa por una reforma de la Constitución abordada en una ponencia de la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados.

Las "líneas rojas" que el PSOE se compromete a no sobrepasar son la soberanía nacional, que reside en todo el pueblo español, la igualdad de los ciudadanos vivan donde vivan, la solidaridad entre los territorios, y el reconocimiento de la diversidad y la pluralidad de los pueblos de España.

Pero "el no no nos lleva a ninguna parte", aseguró, convencido de que Rajoy representa a los políticos "del pasado", los que han dirigido España durante los últimos 35 años.

Aseguró que Rajoy encontrará en él a un interlocutor "confiable" con voluntad de diálogo "sincero, leal, pero también claro".

Con esa claridad, sentenció que la regeneración democrática solo podrá llegar a España con la "jubilación democrática de Mariano Rajoy", al que criticó que no haya asumido ninguna responsabilidad política por un presunto caso de currupción que ha ensuciado "todas las plantas" de la sede de su partido.

Acusó además a Rajoy de hacer una "interpretación torticera" de la necesidad de regeneración democrática con la que solo pretende atajar las "bajas expectativas electorales" del PP.

Ratificó por ello que el PSOE no respaldará la reforma electoral para permitir la elección directa de alcaldes. "No se pueden cambiar las reglas de juego cinco minutos antes de que acabe el partido", argumentó, defendiendo una "mínima estabilidad" institucional.