En un artículo incluido en su último boletín estadístico, la institución que gobierna Luis Linde apunta que una persona que se jubile en el año 2025 obtendrá una pensión inferior en aproximadamente un 3% a otro trabajador con la misma carrera de cotización que se retire este año.

De esta forma, el regulador subraya que, “puesto que la esperanza de vida tiende a aumentar con el paso de los años, la aplicación de este factor implicará que la pensión inicial de las generaciones que se jubilen en el futuro será menor que la de las generaciones actuales para una misma carrera laboral”.

No obstante, el Banco de España defiende que la introducción de este factor mantiene la “equidad intergeneracional”, ya que, aunque la cuantía de las pensiones será inferior para las próximas generaciones, éstas las percibirán durante un mayor periodo de tiempo, de forma que “la cuantía total en términos de pensión que recibirían a lo largo de su vida sería similar entre generaciones”.

La reforma aprobada por el Gobierno a finales de 2013, que incluía este factor de sostenibilidad junto a un nuevo índice de revalorización, supone, para esta institución, un “avance sustancial” en el objetivo de lograr la sostenibilidad financiera del sistema de Seguridad Social.

En este sentido, apunta que el programa de estabilidad para el periodo 2014-2017 presentado por el Ejecutivo en abril incluye una estimación de ahorro fruto de esta reforma de 3,4 puntos del PIB para el año 2050.

A este ahorro se suma la previsión de que la anterior reforma del sistema, aprobada en el año 2011, permita un ahorro de entre un 30% y un 40% en el gasto estimado en pensiones a largo plazo.

Sin embargo, el Banco de España admite que el nuevo modelo de revalorización de las pensiones y la aplicación del factor de sostenibilidad pueden “aumentar la incertidumbre” entre los ciudadanos sobre la evolución futura de las prestaciones, por lo que insta al Gobierno a introducir “la mayor transparencia posible”.

Por último, el regulador insta al Gobierno a introducir medidas para incentivar los planes privados de pensiones. “Sería conveniente desarrollar mecanismos que incentiven el ahorro para la jubilación, de forma que permitan complementar en el futuro las pensiones públicas financiadas mediante el sistema de reparto”, subraya.