El herpes genital es la segunda enfermedad vírica de transmisión sexual más frecuente entre la población española y se caracteriza por la presencia de vesículas en la piel de las zonas generales, que dan lugar a la aparición de úlceras.

Uno de los problemas que apunta el doctor Juan Ballesteros, coordinador de enfermedades de trasmisión sexual del centro, es que hasta un 60 por ciento de las primeras infecciones por este virus pasan desapercibidas para las mujeres afectadas.

Esa circunstancia refuerza, en opinión del experto, la necesidad de realizar controles ginecológicos frecuentes entre la población femenina, ya que "se ha observado que las mujeres con cáncer de cervis presentan mayores tasas de anticuerpos frente al virus del erpes que las mujeres que no padecen este tipo de tumor".

Las lesiones en hombres aparecen con mayor frecuencia en la cara externa e interna del prepucio, mientras que en las mujeres suelen situarse en la zona de la bulba y en la del cervis.

Esta patología comienza con una primera infección dolorosa y síntomas como fiebre, dolores de cabeza y malestar general. Tras esta primera infección, el virus entra en periodos de latencia.

El agente causal del herpes genital suele permanecer en el organsmo del portador de por vida, dado que todavía no existe un viricida eficaz para la mayor parte de los casos.

Como sucedió con el SIDA, el herpes genital ha pasado de ser una enfermedad típica de colectivos homosexuales a afectar a importantes sectores de población.