Durante su intervención en el taller, el presidente de la Fundación Tecnología Social, Enrique Varela, indicó que la impresión 3D permite “la fabricación de objetos caseros personalizados a un coste muy bajo”, y resaltó que una de las aplicaciones “más interesantes” que tiene es la impresión social, dirigida a personas mayores o con algún tipo de discapacidad.

“Desde prótesis adaptadas para imprimir dedos o piernas, productos de apoyo como pinzas de apertura fácil hasta robótica infantil con juguetes adaptados para niños o mapas en relieve para personas ciegas”, agregó.

Además, para el experto, “la gran eclosión” de la impresión 3D se va a producir en el uso doméstico. “Los precios han bajado mucho y hoy se puede adquirir una impresora 3D por unos 1.600 euros”, señaló.

Según subrayó, “en España, en todas las ciudades, ya existen comunidades y talleres de makers —creadores de tecnología— donde se transmiten conocimientos y se investigan nuevos diseños para aplicar a la impresión 3D”.

LA PRIMERA IMPRESORA 3D PÚBLICA EN ESPAÑA

Por su parte, el director de Accesibilidad de Centac, Juan Carlos Ramiro, la impresión 3D “va a cambiar el sistema de trabajo, de creación y producción”. “Es una tecnología fácil, con gran nivel de adaptabilidad y con miles de usos, y una de las pocas tecnologías que revolucionan el mundo”, señaló.

En esta línea, informó de que el Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (Ceapat) cuenta con la primera impresora en 3D de España para uso público, y, en su opinión, “aún es algo muy novedoso, con un proceso lento de implantación”.