En rueda de prensa en el Congreso, Saura reprochó al Gobierno la pérdida de una oportunidad para hacer una reforma “integral” que haga pagar más a quienes más tienen, que luche de verdad contra el fraude fiscal y que permita una adecuada financiación de los servicios sociales.

Denunció, por ejemplo, que las Sicav y similares siguen teniendo las mismas condiciones fiscales, mientras aumenta la carga para trabajadores y rentas medias, por lo que la desigualdad sigue creciendo y el estado del bienestar se hace “más pequeño que nunca”.

Tachó a Montoro de “trilero de tomo y lomo, que con una mano te da un poco por aquí y con la otra te quita un mucho por allá”.

Los socialistas consideran “tremendamente indecente” que las indemnizaciones por despido coticen a partir de 2.000 euros por año trabajado, lo que supone un “nuevo impuesto por despido” con el que el Gobierno “grava la desgracia”.

Primero el Ejecutivo aprobó una reforma laboral para facilitar y abaratar el despido, denunció, y ahora Hacienda pretende “hacer negocio con los parados”, algo que considera “tremendamente indecente”.

La reducción del IRPF, aseguró, es solo para rentas altas y grandes patrimonios, pero no para los trabajadores y las rentas medias, que al final de la legislatura pagarán más que al comienzo, también de IVA, de IBI, “y así hasta prácticamente cincuenta impuestos”. “Que no nos cuenten milongas”, exclamó Saura.

En su opinión, con esta reforma ganan las grandes fortunas, las rentas de más de 150.000 euros anuales, los bancos que ven mantenido el tipo de Sociedades para que sus activos financieros no pierdan, las grandes rentas de capital, y los defraudadores.

Por el contrario, pierden los despedidos, las clases medias, quienes tienen un piso en alquiler, y los usuarios de servicios públicos, porque es “muy difícil” en esas condiciones financiar un estado del bienestar “mínimamente digno”.