El Plan de Derechos Humanos fue un compromiso incluido en el programa del PSOE para las elecciones de 2004, con el fin de situar a España "en la vanguardia" del reconocimiento de una nueva generación de derechos frente a nuevos desafíos.

Esta iniciativa fue adoptada por el Consejo de Ministros del 12 de diciembre de 2008 y presentada tres días más tarde en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York (Estados Unidos) y coincidiendo con la conmemoración de los 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El mismo día de su aprobación en el Consejo de Ministros, Fernández de la Vega solicitó su comparecencia ante el Congreso de los Diputados para presentar el plan a los demás partidos y comenzar a recabar su apoyo para algunas reformas legislativas recogidas en el texto.

Fernández de la Vega compareció ante la Cámara Baja el pasado 17 de junio y afirmó entonces que "la obra de los derechos humanos es una obra inacabada", por lo que ningún país puede quedarse "parado".

De la Vega defendió que el Plan de Derechos Humanos es un plan "vivo" y recordó que el Gobierno estuvo trabajando durante tres años para realizar este plan y que ha recibido el apoyo de organizaciones de defensa de los derechos humanos.