“Comprendemos las manifestaciones populares pacíficas que reivindican, justificadamente, el respeto a los derechos de los más vulnerables y políticas públicas efectivas que eliminen la miseria y garanticen vida con dignidad para todos”, afirma en un comunicado.

Manos Unidas añade que, en el país más poblado de Sudamérica, donde “a pesar de sus innumerables riquezas naturales y culturales y de su gran potencial económico y de liderazgo en la región”, el 20% de la población más rica goza de una renta media 21,8 veces mayor que el 20% más pobre.

Además, en Brasil, la pobreza ha migrado del campo a las grandes urbes, creando grandes bolsas de pobreza en Río de Janeiro y São Paulo. Ante esta situación la organización católica pide al Gobierno brasileño intensificar la reforma agraria, respetar a los pueblos indígenas; defender la Amazonía; y defender los derechos humanos, en especial contra el trabajo esclavo, el tráfico de personas, las expulsiones forzadas y la violencia.

PREOCUPACIÓN DE LA IGLESIA

Esta denuncia se suma a la formulada por la Iglesia católica en Brasil, el país con más católicos de todo el mundo, que recuerda que aunque las obras del Mundial tenían un presupuesto previsto de 800 millones de euros, superaron los 2.700 millones, más de lo que destinaron Alemania y Sudáfrica a la misma competición.

“La Iglesia quiere contribuir al debate público y expresar su preocupación con (...) la inversión de prioridades para el dinero público, que debería servir prioritariamente para la salud, la educación, el saneamiento básico, el transporte y la seguridad", recordaron recientemente los prelados brasileños.