El próximo martes la Secretaría de Organización del PSOE comunicará a las federaciones el censo definitivo de militantes que tienen derecho a voto en la consulta previa al Congreso.

Entre los militantes del PSOE, del PSC y de Juventudes Socialistas, los dirigentes del partido calculan que serán unos 200.000, y los aspirantes a la Secretaría General necesitarán el aval del 5% de ellos, unos 10.000, para formalizar su candidatura.

El censo se cerró cuando la dirección convocó el congreso extraordinario, y desde entonces nadie ha podido darse de alta en el PSOE.

Sobre ese censo, el próximo viernes comenzará el periodo de recogida de avales, que se prolongará hasta el 27 de junio.

Durante esta semana, tanto la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz; como el secretario general del Grupo Socialista, Eduardo Madina; como el diputado Pedro Sánchez, tendrán que desvelar sus intenciones.

Se unirán al único socialista que, por el momento, ha manifestado su intención de concurrir, José Antonio Pérez Tapias, integrante de la corriente interna Izquierda Socialista.

Aunque Susana Díaz ha reiterado públicamente que su prioridad es Andalucía, son mayoría los secretarios generales provinciales que dan por hecha su candidatura.

Sin embargo, muchos dudan de las posibilidades reales de compatibilizar la Secretaría General del PSOE con la Presidencia de la Junta, y alertan del riesgo que supone generar un vacío de poder en Andalucía, principal bastión del partido en estos momentos.

Subrayan que, tras la sucesión de José Antonio Griñán, Andalucía podría tener tres presidentes en una sola legislatura, y el calendario electoral no arroja apenas alternativas.

El miedo a debilitar el peso institucional en Andalucía, reconocen algunos dirigentes socialistas, juega a favor de los rivales de Díaz, que además, recuerdan, tienen escaño en el Congreso de los Diputados.

Susana Díaz mide sus pasos, como Madina y como Sánchez, a la espera de lo que hacen los demás, y mientras tantean sus apoyos en los distintos territorios.