Durante el debate de una moción consecuencia de una interpelación urgente que el PSOE planteó al ministro de Educación, José Ignacio Wert, el diputado socialista Federico Buyolo destacó que el nuevo sistema “ha acabado con la concepción de las becas como un derecho”. “Ahora son un premio que se gana en competición”, dijo, puesto que “el PP las considera una amenaza y un privilegio reservado a los de la estirpe”.

Según Buyolo, la inclusión de una parte variable en la cuantía que finalmente cobran los estudiantes que depende de la renta, su rendimiento académico y la disponibilidad presupuestaria “hace imposible la transparencia y cualquier tipo de reclamación”.

Además, resulta “intolerable que cuando faltan dos meses para que termine el curso aún queden alumnos sin recibir su dinero”, apuntó, tras recordar que con el modelo anterior el 80% de los becarios habían recibido su ayuda en enero.

Por otra parte, Buyolo denunció que se obligue a los beneficiarios de becas el curso anterior a devolverlas si no alcanzan los requisitos en el siguiente, pues lo que esta medida persigue realmente es “disuadirles para que no pidan la beca”.

La moción que el PSOE presenta defiende así un cambio en la normativa de las becas para “recuperar su consideración como derecho”; el establecimiento de un plazo máximo de tres meses en el que resolver los expedientes; la convocatoria urgente del Observatorio de becas; la adopción de las medidas necesarias para impedir que se tengan que devolver ayudas; una reducción en los precios públicos de las matrículas universitarias, y volver a los requisitos académicos del curso 2011-2012.

En su intervención, la portavoz de Educación de La Izquierda Plural, Caridad García, apoyó estas seis medidas y reivindicó además destinar el 0,25 del PIB a dotar la partida de becas mediante una enmienda que el PSOE aceptó.

También reclamó García aumentar la inversión en la universidad pública hasta el 3% del PIB, y subrayó que “el único ministro de Educación” con el que la partida de ayudas al estudio descendió en 1999 se llamaba precisamente Mariano Rajoy.

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El diputado de Foro Asturias Enrique Álvarez exigió, por su parte, la recuperación del complemento de desplazamiento para aquellos alumnos que cambian de comunidad autónoma.

A su juicio, la supresión de este aspecto aumenta la injusticia del nuevo sistema, idea que Buyolo ya indicó al anunciar que también respaldaría esta propuesta.

Los portavoces de PNV, UPyD y BNG respaldaron las medidas del PSOE y criticaron el nuevo modelo de becas por “atentar contra la igualdad de oportunidades, especialmente en una crisis como la actual”.

La misma idea expresaron el diputado de Esquerra Republicana Joan Tardá y el portavoz de CiU en la Comisión de Educación, Martí Barberà, que no obstante reclamaron el traspaso de dicha competencia a la Generalitat. Según Tardá, esta política tiene como principales perjudicados “a los hijos de la clase trabajadora, a los que quiere expulsar de la universidad”.

Solo la portavoz del PP, Sandra Moneo, se opuso a la moción del PSOE y defendió el nuevo sistema por fomentar “la responsabilidad y la justicia”. “A igual esfuerzo académico debe recibir más recursos el que menos renta tiene, pero a igualdad de renta, el que más esfuerzo realiza es quien más ha de percibir”, sentenció.

En su opinión, “tan elitista es pedir un 5,5 ahora (para acceder a las becas) como un 5 antes”.

Moneo aseguró ante las protestas de los socialistas que también en cursos anteriores se obligaba a devolver las ayudas a quienes no cumplían con los requisitos, e insistió en que el modelo ha obtenido buenos resultados.