Sáenz de Santamaría minimizó con esta respuesta la polémica generada a raíz de la visita de Mariano Rajoy el jueves a Barcelona, donde participó en un foro de marcas españolas en el que poco antes habías intervenido Mas. Sin embargo, los dos dirigentes ni siquiera coincidieron en el acto.

La vicepresidenta indicó que el Gobierno sigue trabajando para resolver los problemas cotidianos que tienen los catalanes, dado que fue votado por muchos de ellos y debe dirigir el país para todos.

"Somos el Gobierno de la nación y de todos los españoles y lógicamente este gobierno tiene la obligación de preocuparse en cualquier lugar de España por la necesidades de esos ciudadanos y por acudir a cualquier parte del territorio español a cumplir sus tareas", comentó.

Como ejemplo, recordó que ella misma estuvo el viernes en Cataluña para participar en una reunión con el sector editorial, sobre el que reconoció que "crea mucho empleo y puede crear mucho más".

Destacó que Barcelona es "la capital de la edición en catalán y en castellano" y por eso acudió en el Día del Libro a escuchar sus necesidades.

"Hay vida y necesidades de los ciudadanos más allá del debate que plantea el señor Mas", remachó en referencia al desafío independentista que lidera el presidente de la Generalitat de Cataluña.

A este respecto, la vicepresidenta recalcó que el Ejecutivo "no puede saltarse la ley" y autorizar un referéndum independentista como el que Mas ha anunciado para el 9 de noviembre.

"Nosotros no podemos dialogar sobre una propuesta que es ilegal. No se trata de ganar o perder, es que la ley no puede perder nunca", dijo sobre la posible apertura de un diálogo con la Generalitat para buscar un punto intermedio.

Sáenz de Santamaría añadió que Artur Mas tendría clara la posición del Gobierno si los límites de la ley si hubiera asistido al debate parlamentario que se celebró en el Congreso de los Diputados el 8 de abril.