Además, el condenado deberá pagar las costas del proceso judicial y estará un año inhabilitado para el ejercicio de cualquier profesión, oficio o comercio relacionado con animales.

Los hechos ocurrieron el pasado 29 de junio en un edificio de la calle Argentina de la capital cacereña y desencadenaron la muerte del perro y que Antonio G.P. fuera detenido, imputado, juzgado y ahora condenado por un delito de maltrato a los animales.

El Refugio señaló que el Código Penal prevé penas de entre tres meses y un año de cárcel para casos de maltrato animal como el de Cáceres. “Si bien es verdad que en muchos casos los condenados a penas de cárcel por este tipo de delitos no ingresan finalmente en prisión, cierto es que tras las condenas pasan a tener antecedentes penales para el resto de sus vidas, lo cual significa que volver a tener el más mínimo desencuentro con la ley significaría su ingreso directo en prisión”, añadió.

El presidente de El Refugio, Nacho Paunero, se mostró “orgulloso” de “esta sentencia ejemplar”. “Esperamos que sirva de aviso para todos aquellos que todavía no se han enterado de que a los animales ni se los debe ni se los puede maltratar”, concluyó.