El máximo responsable de Caja España, Santos Llamas, aseguró que tras el encuentro de ayer ambas entidades “están más próximas” y mostró su confianza en que “en días futuros estén mucho más”.

Asimismo, valoró la larga reunión de ayer –desde las cinco de la tarde hasta cerca de las once de la noche- como una muestra de la voluntad de acercar posiciones, especialmente después de que en la última reunión que mantuvo la comisión negociadora en apenas dos horas se pusiera de manifiesto el fracaso de aquel encuentro y la imposibilidad de llegar a acuerdos. “Lo que hace falta es seguir con este buen entendimiento”, dijo Santos Llamas.

Menos explícito, el presidente de Caja Duero, Julio Fermoso, reconoció que la comisión trabajó ayer intensamente e hizo votos por seguir avanzando. Agregó que, llegados a este punto, “es necesario reflexionar y seguir pensando”.

Julio Fermoso aseguró “no tener constancia” del ultimátum que el Banco de España dio a ambas entidades el pasado miércoles para que llegaran a un acuerdo antes del próximo jueves 7 de enero e indicó que “aún queda margen” temporal para seguir negociando. Por ello, comparó lo ocurrido ayer con un simple receso en la negociación similar al que se hace en otras reuniones para comer o descansar.

Aseguró que durante la tarde de ayer la comisión negociadora intercambió impresiones con el objetivo de “buscar lo mejor para la futura entidad”.

La reunión de ayer fue la tercera después de la de la constitución de la comisión negociadora y se produjo después de que el Banco de España pidiera a las entidades un nuevo esfuerzo para sacar adelante un acuerdo antes del 7 de enero.

El supervisor llegó a advertirles de que se reserva la posibilidad de adoptar medidas extraordinarias de inspección si no se produce este acuerdo con la urgencia que requiere la necesidad de solicitar en los próximos días los préstamos del Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancario (FROB), que ascenderían a 562 millones de euros. Como consecuencia de esta advertencia, los consejos de administración de las dos entidades votaron al día siguiente reconducir la ruptura de la negociación y volver a reunirse.

Caja España y Caja Duero tienen una concepción diferente de la fusión. La primera entidad apuesta por la dualidad en determinadas áreas estratégicas de la caja resultante y un reparto a dos de las diferentes áreas –una fusión equilibrada, según Santos Llamas-, mientras que la segunda quiere una “caja sólida y eficiente”, con un núcleo ejecutivo fuerte y arropado por las distintas direcciones generales y todo ello con una única sede: Salamanca.

Caja España plantea la existencia de una sede social, una ejecutiva nominal y dos sedes operativas, mientras que Caja Duero aboga por una sede ejecutiva operativa, desde donde se dirija el negocio.