Según informó la Policía Nacional, en el marco de esta operación han sido detenidos en Colombia seis miembros de una misma familia, que habían instalado la imprenta clandestina en una habitación alquilada en un inmueble donde vivían varias familias.

Para falsificar los billetes, los implicados empleaban impresoras en las cuales lo que más imprimían eran billetes de 100 euros y 100 dólares. Se han intervenido 347.136.000 pesos colombianos falsificados, 900.140 dólares USA y 609.600 euros falsificados.

En esta operación, además de la Policía española, han intervenido Europol y la Policía Nacional de Colombia. La investigación se inició en febrero de 2013, cuando empezaron a realizarse pesquisas sobre un grupo dedicado a la falsificación de euros detectado en Bogotá.

EN UNA CASA HABITADA

Tras llevar a cabo las primeras indagaciones, los agentes lograron identificar al líder del grupo, un hombre de nacionalidad colombiana que asumía la financiación de la infraestructura, de los medios y el material necesarios para la falsificación de moneda. Los investigadores averiguaron también que los billetes eran elaborados mediante impresoras y que los más falsificados eran los de 100 euros y 100 dólares, al contrario que en Europa, donde los falsificadores prefieren confeccionar de 20 y 50 euros.

Después de obtener la identidad del máximo responsable, los agentes se centraron en la localización del lugar donde tenía instalado el centro de producción de billetes falsos. Finalmente, los investigadores averiguaron el sitio exacto donde se encontraba la imprenta clandestina y establecieron un dispositivo que incluyó la realización de siete entradas y registros de manera simultánea, en la imprenta y en los domicilios de los miembros del grupo, todos ellos en Bogotá.

La imprenta clandestina se encontraba muy próxima a los domicilios de los detenidos, en un inmueble donde vivían varias familias, en el que la organización había alquilado una habitación grande donde llevaban a cabo las actividades ilícitas.

Una vez impresos, los billetes eran transportados a otros lugares para su acabado e imitación de los detalles. Es muy común la separación de los lugares donde se fabrican los billetes para evitar la caída de todo el grupo.

Tras llevar a cabo los registros se procedió a la detención de seis integrantes de la organización, todos miembros de una misma familia. Los arrestados producían dinero falso únicamente cuando tenían un cliente que quería comprarlos, estableciendo de antemano la cantidad a producir. Esto motivaba que durante meses carecieran de actividad.