López agradece a la sociedad vasca su "madurez" al haber "asumido con total normalidad democrática el cambio de Gobierno" y se declara "satisfecho" de haber logrado un Ejecutivo "estable".

Atribuye esa estabilidad a "un acuerdo de principios con el Partido Popular vasco y al hecho de haber suscrito, a la vez, un pacto de estabilidad institucional con el PNV".

"Tenemos el Gobierno más fuerte de la última década porque hemos sido capaces de demostrar, en sólo ocho meses, que se puede gobernar desde el diálogo y buscando pactos con quienes piensan de manera diferente", asegura en su discurso.

En materia de terrorismo, se muestra convencido de estar "ganando la batalla contra ETA" pese a no poder afirmar con rotundidad "cuándo va a desaparecer definitivamente".

Lo que tiene claro el lehendakari vasco es que la banda no va a "condicionar nunca el futuro" de Euskadi y que no habrá "espacios de impunidad para la apología de la violencia", ni legitimidad para los "falsos argumentos" de los que recurren a ella.

Dedica también atención a la situación económica y admite que "el año que viene seguirá siendo un año difícil" que requerirá "unir esfuerzos de todos, hacer sacrificios y tomar medidas" para dejar atrás la crisis y crear empleo.

Combatir el paro será el objetivo prioritario del Gobierno vasco que además está empeñado en que "no haya ni un solo ciudadano abandonado a su suerte" y en demostrar que "el bienestar es un derecho universal y una responsabilidad colectiva".