Según informó el Instituto Armado, en el momento de realizar la inspección los agentes observaron que varios clientes estaban inhalando el contenido del interior de unos globos que habían sido proporcionados por el dueño del local, manifestando estas personas que se trataba de gas de la risa.

Tras intervenir 14 cajas de óxido nitroso, se puso en marcha un dispositivo para localizar al dueño del local y se procedió a su detención por un delito contra la salud pública.

Entre las propiedades del óxido nitroso (N2O) está la de ser un potente depresor del sistema nervioso central, muy similar al que produce la inhalación de pegamento.

Las personas que consumen este tipo de gas buscan el efecto de euforia y los trastornos psicodislépticos que genera, debido a la privación de oxígeno en el cerebro que causa el gas.

Sus consumidores suelen mostrar el rostro sonriente o caer en un ataque de risa incontrolada, produciendo en algunos casos la pérdida del sentido crítico y del conocimiento, con perjuicios para el sistema nervioso y el pulmonar.

Esta actuación está enmarcada en las labores de seguridad ciudadana establecidas en el control de los establecimientos abiertos al público de forma conjunta entre la Guardia Civil y la Policía Local.