En un informe titulado ‘No podemos soportar más: ataques contra civiles en Darfur Central’, Amnistía Internacional documenta ataques deliberados contra civiles, acompañados de saqueos, violaciones y asesinatos, e incluye el testimonio directo de varias víctimas recientes del conflicto, que dura ya 11 años.

“Los ataques deliberados, efectuados en zonas civiles con el fin de matar y herir, constituyen un crimen de guerra y son muestra de falta de respeto por los principios más básicos del derecho internacional humanitario”, subrayó Michelle Kagari, directora adjunta de Amnistía Internacional para África oriental.

El informe explica cómo los combates entre dos tribus del centro de Darfur, los ‘salamat’ y los ‘misseriya’, han dejado sin hogar a comunidades enteras y se han cobrado decenas de muertos y heridos. Amnistía Internacional determina que ambos bandos han atacado deliberadamente a la población civil.

El documento recoge testigos presenciales que describen grandes ataques de milicias, incluidos miembros de fuerzas paramilitares sudanesas, dirigidos específicamente contra civiles en la localidad de Um Dujun y sus alrededores, en el centro de Darfur.

“Las autoridades sudanesas deben poner freno de inmediato a las fueras paramilitares, realizar con prontitud una investigación independiente sobre los ataques contra civiles y hacer rendir cuentas a los responsables de abusos”, manifestó Kagari.

Tras la secesión de Sudán del Sur en 2011, Sudán perdió la mayor parte de los ingresos derivados del petróleo y su economía se ha deteriorado. El aumento de la inflación y el desempleo han intensificado la competencia por la tierra y los recursos, lo que ha dado lugar a violencia en gran escala entre comunidades.

Más de un decenio después del inicio del conflicto de Darfur, la situación de los derechos humanos en esta región del oeste de Sudán “sigue siendo terrible”, según Amnistía Internacional, ya que, según añadió, “la población civil continúa siendo la principal víctima de los abusos y violaciones de derechos humanos de los grupos armados y las fuerzas del Gobierno”.

“La comunidad internacional debe intensificar sus esfuerzos por garantizar la rendición de cuentas y no dejar que sea la población civil de Darfur la principal víctima de esta espiral incesante de violencia”, concluyó Kagari.