Todas las enmiendas de grupos de la oposición fueron rechazadas y el texto salió adelante en la votación global como ley orgánica con 180 votos a favor.

Horas antes de la votación, los socialistas habían advertido de que se trata de un "golpe estatutario" con el que el PP y el Gobierno "pisotean" una de las "líneas rojas" de la democracia.

Lo dijo el secretario general de los socialistas de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, en rueda de prensa junto a la portavoz socialista, Soraya Rodríguez.

Aseguró que esa decisión tendrá "consecuencias" en las relaciones entre los dos grandes partidos, porque "dificulta, y mucho", el acuerdo en todos los ámbitos.

Los socialistas ven en esa reforma el "miedo" de María Dolores de Cospedal a perder las elecciones autónomicas debido a su "desgaste" por las medidas aprobadas, por el lastre de los casos de corrupción que afectan al PP y por su "soberbia".

Alejandro Alonso fue el encargado de fijar en el pleno la posición del PSOE, y en la misma línea de denuncia se pronunció Cayo Lara en nombre de La Izquierda Plural.

También los portavoces de UPyD, CiU, PNV y Grupo Mixto cargaron contra el PP por esa reforma, y solo Agustín Conde, en nombre del PP, la defendió.

Subrayó lo que considera falta de argumentos de la oposición para justificar sus acusaciones de inconstitucionalidad, y aseguró que nada impedirá con esa reforma que gobierne el partido ganador de las elecciones. Otra cosa, llegó a denunciar, es que el PSOE pretenda, "como de costumbre", gobernar pese a perder las elecciones.