En una entrevista en la Ser recogida por Servimedia, reconoció que existe una “diferencia importante” entre los dirigentes del partido en Navarra y la dirección federal sobre la forma de afrontar la crisis que “azota” al ejecutivo de Barcina.

Los socialistas navarros consideran necesario “tirar adelante” y presentar una moción de censura para forzar el adelanto electoral por mera “higiene democrática” pero la dirección federal entiende que no es aceptable “valernos de los votos de Bildu” para ello.

Jiménez reconoció que Bildu “no se ve igual” en el País Vasco y Navarra que en el resto de España, y que ha sido “la presión” en ese sentido lo que finalmente ha llevado a la dirección federal a frenar esa moción, y a los socialistas navarros a acatar esa decisión.

Explicó que llegó a “barajar” la posibilidad de dimitir ante la imposibilidad de materializar el compromiso que había anunciado, pero cree que en su responsabilidad también entra asumir “cosas que no me gustan”, y que será “kafkiano” pagar en carne propia una crisis que “azota al Gobierno de Navarra”.

Pese a todo, se mostró convencido de que todo este proceso comportará un “desgaste importantísimo” para UPN porque las denuncias que originaron la investigación parlamentaria son solo “una gota que colma el vaso” después de meses de “hastío” de los ciudadanos navarros.