Así lo señaló durante su intervención en el XI Encuentro del Sector Energético, organizado por Deloitte en el IESE de Madrid, donde detalló que alrededor de 1.000 millones de euros correspondieron al Impuesto de Sociedades, unos 30 millones de euros a la Seguridad Social, otros 925 millones a tasas locales y “otros conceptos” y los 200 restantes de propiedad y explotación.

Pidió una menor carga impositiva, tras citar la “elevada” carga impositiva, como el IVA, el impuesto eléctrico y los impuestos parafiscales como los costes extrapeninsulares o el bono social, que aunque dijo que le parecer “justo”, consideró que debería ser asumido por el Gobierno.

En esta línea, criticó que las comunidades autónomas utilicen la carga impositiva “como fuente de recaudación” y cuestionó que desde la Administración pueda considerarse como baja la carga impositiva y pidió su reducción, ya que tal cantidad de impuestos “hace que la energía se encarezca” y las eléctricas no puedan realizar inversiones.

De igual forma, defendió que habría que “poner el foco de manera más amplia” sobre la calidad del aire que se respira en las ciudades y aplicar un tipo distinto en función de la contaminación de los distintos combustibles.