El magistrado le condena por un delito de realización arbitraria del derecho propio y por una falta de lesiones. No obstante, no considera que la actuación supusiera un delito de agresiones agravadas y otro contra la integridad moral, como solicitaban el Ministerio Fiscal y el abogado de la acusación particular, Santiago Marco, si bien éste lamentó que no se admitiera una prueba pericial que determinaba sobre la gravedad de las lesiones. La defensa del facultativo la realizó el letrado Javier Osés.

Los hechos por los que se ha condenado a Francisco Javier G.S. tuvieron lugar un 21 de febrero de 2013, cuando la víctima acudió a la consulta particular de este dentista para cuestionarle el precio del tratamiento, ya que no era la cantidad acordada. La mujer se presentó en la clínica, junto a su marido, y le pidió explicaciones por los 3.710 euros de más que le solicitaba.

Los tres mantuvieron una fuerte discusión verbal, según señala el magistrado en la sentencia, que finalizó en la camilla. El facultativo le dijo que entrase en el gabinete, que, aunque no le pagasen, iba a concluir su trabajo porque era un profesional, a lo que la mujer accedió pese a la oposición de su cónyuge.

Lo que se pensaban que simplemente iba a ser una revisión derivó en que Francisco Javier G.S. dejara de atender a otra paciente para coger el aparato extractor y “levantar las coronas sin anestesia y con más fuerza de lo habitual, que propició que la higienista dental le preguntará por lo que estaba haciendo”. Los gritos, describe el juez, se oyeron en toda la consulta médica.

Durante ese episodio el ahora condenado le dijo: “Tú te has reído de mí y ahora yo me voy a reír de ti” o “esto te va a costar 6.000 euros en Vitaldent”, despachándoles de la consulta, si no querían que llamase a la Policía. Como consecuencia, la mujer sufrió edema y laceraciones mucosas.