“De las 26.028 recibidas, sólo 142, el 0,5%, corresponden al sector alimentario”, explicó Pérez, quien aclaró que, no obstante, “se restringen a 38 las relacionadas con cuestiones higiénico-sanitarias”.

La directora general informó de que entre las reclamaciones alimentarias también están las relativas a cuestiones relacionadas con la información que se presta a los consumidores sobre estos productos. Todas estas reclamaciones relacionadas con la higiene alimentaria se remitieron a la Consejería de Sanidad.

Asimismo, informó de que su departamento, dependiente de la Consejería de Economía, participará en distintas campañas nacionales para el control de los mercados de alimentos.

Durante 2014 su departamento recogerá muestras de productos ecológicos, comprobando su etiquetado, y de cereales y copos expandidos para comprobar la presencia de hierro en dichos productos.

Pérez dijo que Consumo también recogerá muestras de pescados, pastas, platos preparados, mahonesas y salsas para, a través del etiquetado, comprobar la composición de estos alimentos.

Indicó que el fraude alimentario se comete cuando, “con ánimo de lucro”, se colocan deliberadamente alimentos en el mercado que no cumplen con la norma, con el objetivo de engañar al consumidor y abaratar los costes, por ejemplo añadiendo melanina a la leche.

Mar Pérez hizo estas declaraciones durante su comparecencia ante la Comisión de Economía para informar, a petición del PSM, sobre los planes de actuación para la lucha contra el fraude en el etiquetado de productos alimenticios comercializados en la Comunidad de Madrid para la protección de los derechos de los consumidores madrileños.