“Por supuesto que no va a haber cambios en la política antiterrorista”, aseguraron fuentes gubernamentales que no entraron a confirmar ni desmentir ni la celebración de este encuentro ni los planteamientos que Urkullu trasladó a Rajoy en Moncloa.

Tanto el Gobierno como el Partido Popular mantienen en su discurso desde hace semanas que no han cambiado su política antiterrorista y su política penitenciaria y que no van a cambiar. Además, insisten en que el Ejecutivo de Mariano Rajoy “ni ha negociado, ni negocia, ni negociará nunca” con la banda terrorista.

El pasado fin de semana en la Convención Nacional del Partido Popular que se celebró en Valladolid, Rajoy insistió en que "la victoria de la democracia, la disolución incondicional de ETA y la derrota definitiva del terrorismo, con todas las consecuencias, es el único final aceptable de esta historia".

Por su parte, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, insistió en que ETA está "absolutamente derrotada" y que el Gobierno no va a parar hasta que se disuelva.

La reunión entre Rajoy y Urkullu se celebró, finalmente, el martes aprovechando la presencia del lehendakari en Madrid. Urkullu pidió públicamente el encuentro al presidente del Gobierno a finales de diciembre para hablar de la situación de los presos de ETA, tras el último comunicado de la banda terrorista, en el que el colectivo de presos admitía los “cauces legales” y “el daño” multilateral causado. Además, quería presentarle personalmente el Plan de Paz y Convivencia elaborado por su Ejecutivo.

Sin embargo, la reunión se fue retrasando por “la agenda del presidente” del Gobierno, según insistieron en varias ocasiones fuentes gubernamentales a Servimedia. El martes, Rajoy no tenía ninguna actividad oficial en su agenda.

Este encuentro también ayudó a propiciarlo la reunión de la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, con el presidente del Gobierno el pasado 15 de enero en La Moncloa. La dirigente popular reclamó que la cita se celebrara cuanto antes para calmar los ánimos entre las dos partes y, en todo caso, antes del Congreso del PP vasco que está previsto que la ratifique los próximos 7, 8 y 9 de marzo en San Sebastián.

BUENA RELACIÓN

Con todo, fuentes populares y peneuvistas coinciden en señalar que la relación entre el Gobierno central y el vasco es “buena y fluida” y que ambos reman en la misma dirección con el objetivo de gestionar el fin del terrorismo, más allá de las afirmaciones políticas más o menos duras en ambos sentidos.

El distanciamiento público más evidente se produjo después de que el PNV convocara junto a Sortu una marcha en Bilbao 'Por los derechos humanos', después de que la Audiencia Nacional prohibiera otra manifestación a favor de los presos convocada por Tantaz Tanta.

Además de Rajoy y Urkullu , mantienen conversaciones telefónicas frecuentes con el lehendakari vasco tanto la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, como el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, según las mismas fuentes.