Según informó la Policía Nacional, la red desmantelada disponía de la infraestructura suficiente para la elaboración de estas sustancias en Fuengirola (Málaga) y su posterior distribución en distintos países europeos a través de empresas de paquetería.

La Policía destaca que la lucha contra el dopaje ha sido reforzada por el Ministerio del Interior con la reciente firma de un acuerdo con la Secretaría de Estado contra el Deporte. La persecución policial de estas sustancias abarca también el consumo de estos productos por el público en general, ya que este negocio ilegal está conectado con el crimen organizado.

Los agentes españoles han intervenido en los últimos meses anabolizantes, hormonas de crecimiento, pastillas adelgazantes, anestésicos o plantas para "purificar" el cuerpo y el alma.

Además, se han investigado y clausurado laboratorios clandestinos, mataderos de ganado o clínicas de estética ilegales. Los agentes especializados en este tipo de delitos contra la salud pública investigan el tráfico de estas sustancias en colaboración con técnicos de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, inspectores de Salud de las correspondientes consejerías o autoridades contra el dopaje.

El consumo de productos clandestinos, elaborados de forma ilegal y sin el control sanitario, puede ocasionar vómitos, depresión, alteraciones hormonales, diabetes, afectación cerebral, trastornos de erección, tumores, epilepsia e infartos cerebrales o de miocardio, entre otros efectos secundarios.