El pasado 8 de noviembre, 'Haiyan', el tifón más fuerte registrado que jamás haya tocado tierra, destruyó el centro del archipiélago de Filipinas, concretamente la región de las Bisayas, lo que afectó a más de 16 millones de personas. Además, causó más de 6.200 muertos y obligó a más de cuatro millones de filipinos a ser evacuados a centros de refugiados.

Cuatro días después, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja hizo un primer llamamiento de emergencia por valor de 87 millones de francos suizos (unos 70,6 millones de euros), de los cuales 72 millones de francos suizos (unos 58,4 millones de euros) correspondían a la FICR para que proporcionara víveres, agua potable, alojamiento y otros socorros esenciales a unas 100.000 familias filipinas durante 18 meses.

Ahora, la FICR ha aumentado este llamamiento de emergencia en un 74% para contribuir a la recuperación de las comunidades afectadas por el desastre durante los próximos dos años.

RECONSTRUCCIÓN DE HOGARES

El jefe de la delegación de la FICR en Filipinas, Marcel Fortier, señaló que “cientos de miles de personas han perdido sus hogares y sus medios de vida. La mayoría han mostrado una notable resistencia en volver sobre sus pies, pero, al mismo tiempo, necesitan ayuda para reconstruir sus vidas”.

"La Cruz Roja se compromete a proporcionar apoyo continuo en los próximos años, pero necesitamos urgentemente a los donantes", añadió, antes de apuntar que la FICR ha recaudado cerca del 50% del dinero necesario.

El tifón dañó o destruyó más de 1,2 millones de hogares. El Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja ha apoyado a miles de familias con materiales de refugio de emergencia, como tiendas de campaña y lonas impermeables.

A largo plazo, el plan de esta institución humanitaria es proporcionar soluciones de vida más duraderas para unas 50.000 familias filipinas y su prioridad es proporcionar donaciones en efectivo y materiales, como láminas para techos y herramientas, para permitir que las personas afectadas reparen o reconstruyan sus propias casas.

"Aproximadamente el 80% de todos los supervivientes han comenzado a reconstruir y casi la mitad necesitan ayuda para ello. Muchos recurren a materiales recuperados y están reconstruyendo casas menos seguras que antes de la tormenta. Nuestro objetivo es crear conciencia en torno a las mejores prácticas en la reparación o reconstrucción de viviendas para que sean más resistentes a los desastres naturales futuros, como los tifones", explicó Fortier.

Según la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, el tifón 'Haiyan' tuvo un grave impacto en los medios de vida de 5,9 millones de personas. Las familias afectadas más pobres perdieron hasta un 70% de sus ingresos debido a la catástrofe natural y el impacto en la seguridad alimentaria también fue considerable, de manera que muchos filipinos han reducido sus comidas para salir adelante.