En los pasillos del Congreso, se mostró convencida de que esa entrevista formaría parte de la más absoluta normalidad "salvo en un país como España", donde cree que existe "una especie de complejo de inferioridad" en virtud del cual "si te reciben en la Casa Blanca ya te han confirmado".

Con esa finalidad, denunció Rosa Díez, los dirigentes políticos españoles "antes iban a Lourdes y ahora van a la Casa Blanca".

"Lo extraordinario" de esa visita y de esa entrevista, insistió, es que a los españoles "nos parezca extraordinario".

Lo considera una muestra de "pacatería" y emplaza a quienes reaccionan exaltados a analizar si España tiene "menos problemas" que antes de esa entrevista.

Son "exactamente los mismos" que antes, sentenció, y aunque pueda parecer que el presidente "ha hecho los deberes" simplemente porque el mandatario de la primera potencia mundial le haya dado "una palmadita en la espalda", en realidad en España sigue habiendo millones de desempleados, de familias desprotegidas o por debajo del umbral de la pobreza, y eso "no nos lo van a resolver ni Merkel ni Obama".