Los mejores resultados cosechados en este Europeo por la selección paralímpica española de judo llegaron de la mano de Abel Vázquez y Álvaro Gavilán, que concluyeron en el segundo cajón del podio y, por lo tanto, se colgaron, cada uno de ellos, la medalla de plata.

El deportista sevillano Abel Vázquez, que compite en la categoría de menos de 81 kilos, se alzó con la medalla de plata tras caer en el combate final. De este modo, Vázquez mejora los resultados cosechados en el último Europeo, que se disputó en 2011 en la localidad de Crawley (Gran Bretaña), donde consiguió la medalla de bronce.

El madrileño Álvaro Gavilán, en la categoría de hasta 73 kilos, también se quedó a las puertas de hacerse con la medalla de oro y, finalmente, hubo de conformarse con la plata.

Además, la judoka valenciana Mónica Merenciano y el madrileño Luis Daniel Gavilán subieron al tercer cajón del podio, lo que permitió a la delegación española sumar dos medallas de bronce.

Merenciano, que participó en la categoría de hasta 57 kilos y que fue campeona en el último Campeonato de Europa, no pudo revalidar su título y, en esta ocasión, finalizó en la tercera posición. También concluyó en la tercera posición, en la categoría masculina de menos de 66 kilos, el madrileño Luis Daniel Gavilán.

Por otra parte, la triple campeona paralímpica Carmen Herrera, que participó en la categoría de menos de 70 kilos, terminó en la cuarta posición y no consiguió medalla.

Además, el navarro Iñigo Gérboles (menos de 90 kilos) fue séptimo, mientras que el balear Joan Bagur (hasta 81 kilos) y el andaluz David García Orozco (hasta 60 kilos) cayeron en su primer combate.

El judo es uno de los deportes paralímpicos con menos modificaciones respecto a la versión olímpica. Uno de estos cambios consiste en que todos los combates deben comenzar con los dos deportistas agarrados y si en algún momento los judocas se sueltan, el árbitro está obligado a parar el combate para que vuelvan a cogerse.

Además, existen otras alteraciones relativas a la forma de transmitir las señales de los árbitros a los deportistas, ya que no lo pueden hacer por gestos.