Según Wert, el último informe PISA publicado ayer ha puesto de manifiesto “un deterioro de la equidad” del sistema, ya que los alumnos de “entornos más favorecidos" en 2012 superaron en 34 puntos a los procedentes de familias sin recursos, seis puntos más que en 2003.

En respuesta a quienes vinculan este aumento de la desigualdad con las restricciones presupuestarias, Wert aclaró que “esta prueba se realizó en abril de 2012, antes de que el Gobierno actual tomara ninguna medida de las que se conocen popularmente como 'recortes' referidas a la reducción del gasto educativo”.

“Estamos hablando de un período (2003-2012) que básicamente se desarrolló durante los dos gobiernos anteriores”, afirmó el ministro. “He estado escuchando opiniones en este sentido anoche y esta mañana, y por eso lo quería aclarar”.

ESTANCAMIENTO

De acuerdo con el informe de la OCDE, entre 2003 y 2012 España empeoró un punto su nota media en Matemáticas y mejoró ligeramente sus resultados en comprensión y Ciencias (6 y ocho puntos, respectivamente).

Ninguna de estas variaciones son “significativas desde un punto de vista estadístico”, por lo que el ministro habló de “estancamiento en los resultados” durante los últimos 10 años.

Además, “si descontamos los aspectos socioeconómicos y la mejora del nivel de vida” entre 2003 y 2012, España debería ocupar una posición mucho más alta de la actual, agregó.

“Nos hemos estancado” por detrás de la media de la OCDE en las tres disciplinas, al tiempo que entre 2000 y 2008 la reducción del abandono escolar prácticamente se frenó, dijo.

NO ES CUESTIÓN DE GASTO

A juicio de Wert, estos resultados “no son achacables” al menor gasto, pues el informe demuestra que superado cierto nivel de inversión, ésta no afecta al rendimiento.

El gasto educativo en España ha crecido un 38% de 2003 a 2012 (un 55% si solo se cuenta hasta 2009), prosiguió, tras señalar que entre los 6 y los 15 años un alumno recibe una inversión de 80.000 euros.

Ello “nos sitúa muy por encima de la media de la OCDE” y al mismo nivel que países como Francia o Canadá, que “obtienen unos resultados muy superiores a los nuestros”.

En cambio, países como Polonia han logrado mejoras muy importantes sin incrementar su gasto educativo, lo que señala que “más que una cuestión de invertir más recursos, se trata de invertirlos con calidad”.

Por ello, Wert se refirió a la mayor autonomía de los centros, a la necesidad de más transparencia en los resultados, a la falta de flexibilidad del sistema educativo español, y al exceso de horas de clase en contraposición al poco peso de las materias instrumentales como aspectos del sistema que PISA recomienda reformar.

Todos estos son aspectos que la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad educativa (Lomce) pretende modificar, con propuestas como las evaluaciones externas al final de las etapas educativas, los dos itinerarios de 4º de la ESO, la nueva formación Profesional Básica, la nueva división de asignaturas, la reducción de optativas en Bachillerato y la mayor autonomía que se concede a los directores de centro.