Las componentes de la expedición española más destacadas y que cuentan con mayores opciones de hacerse, nuevamente, con el título de campeonas continentales son las judokas paralímpicas Carmen Herrera (menos de 70 kilos) y Mónica Merenciano (menos de 57 kilos).

La malagueña Carmen Herrera cuenta con un impresionante palmarés y a lo largo de su carrera deportiva ha conquistado la medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012 y se ha hecho con el Campeonato de Europa en las ediciones de 1999 (Austria), 2001 (Ufá, Rusia) y 2005 (Vlaardingen, Holanda), además de con los bronces en las de 1997 (Cittá di Castello, Italia), 2007 (Bakú, Azerbayán) y 2009 (Debrecen, Hungría).

Por su parte, Mónica Merenciano es la actual campeona de Europa, tras subir a lo más alto del podio en Crawley (2011), y ha obtenido la medalla de bronce en las tres últimas ediciones de los Juegos Paralímpicos. Además, también se ha hecho con el bronce en las ediciones de 2001 (Ufá), 2007 (Bakú) y 2009 (Debrecen) del Campeonato de Europa de Judo Paralímpico.

En esta edición del Europeo, también buscará un lugar de privilegio en el podio el resto de la delegación española desplazada hasta tierras húngaras, que está compuesta por otros diez judokas: los andaluces David García del Valle, Abel Vázquez, David García Orozco y Borja Pahissa, el balear Joan Bagur, los hermanos madrileños Álvaro y Luis Daniel Gavilán, el gallego Adrián Rodríguez y los navarros Iñigo Gérboles y Laura García.

La competición se iniciará mañana miércoles 4 de diciembre con las eliminatorias de las rondas individuales en categoría senior. El jueves, por su parte, tendrán lugar las finales y la lucha por el bronce en esta misma categoría. Y, finalmente, el viernes 6 de diciembre, día en el que se clausura el Campeonato de Europa de Eger, se disputarán la competición por equipos en la categoría senior y la individual en categoría junior.

El judo es uno de los deportes paralímpicos con menos modificaciones respecto a la versión olímpica. Uno de estos cambios consiste en que todos los combates deben comenzar con los dos deportistas agarrados y si en algún momento los judocas se sueltan, el árbitro está obligado a parar el combate para que vuelvan a cogerse.

Además, existen otras alteraciones relativas a la forma de transmitir las señales de los árbitros a los deportistas, ya que no lo pueden hacer por gestos.