En rueda de prensa, Gomendio dijo “no entender” que se critique que la ley solo cuenta con el apoyo del PP, pues esta es una de “las reformas educativas que más respaldo ha conseguido a lo largo de su tramitación parlamentaria”. El PP “es el partido que ha recibido el mayor apoyo de la población española”, prosiguió, y por lo tanto “representa a un ámbito amplísimo de la sociedad”.

“En el terreno educativo, estamos hablando de un montón de estudiantes, profesores y familias que han puesto su confianza en un gobierno que está trabajando muy duro para salir de la crisis económica y al mismo tiempo llevar a cabo una serie de reformas estructurales con el objetivo de que, precisamente cuando salgamos, podamos sentar las bases de un nuevo modelo de sociedad sobre un sistema más robusto y sostenible”, afirmó Gomendio.

La ley deberá volver ahora al Congreso para que los cambios introducidos en el Senado sean ratificados.

La votación tendrá lugar el próximo 28 de noviembre y, según Gomendio, su aprobación “será el comienzo de un largo recorrido a fin de conseguir los objetivos“ principales de la Lomce: “combatir las altas tasas de abandono escolar y mejorar el rendimiento del sistema educativo”.

Para ello, prosiguió, la reforma propone “reforzar y prestigiar la Formación Profesional”, “establecer evaluaciones obligatorias al final de ESO y Bachillerato” y aumentar “la autonomía de los centros, a fin de que tengan más libertad a la hora de implantar acciones de calidad y proyectos educativos propios”.

CAMBIOS EN EL PARLAMENTO

Gomendio sí reconoció que a lo largo del trámite parlamentario, la Lomce ha recibido “importantes aportaciones que han servido para introducir mejoras”. Así, en el Congreso se decidió unificar los bachilleratos de Ciencias Sociales y Humanidades en una única modalidad; se introdujo el estudio de lo audiovisual en la educación plástica, y se impidió que un alumno que hubiese suspendido a la vez Matemáticas y Lengua Castellana pueda pasar de curso.

En el senado se arregló precisamente el problema que la citada unificación de bachilleratos planteaba con las Matemáticas, para garantizar que por lo menos los alumnos que quieran realizar estudios relacionados con las Ciencias Sociales tengan Matemáticas como asignatura obligatoria.

Para ello, se introdujo una enmienda a última hora que proponía crear dos itinerarios dentro de dicha modalidad, uno de Ciencias Sociales donde Matemáticas fuese troncal y otro de Humanidades, en el que Latín resultase obligatorio.

También en el Senado se acordó escalonar el calendario de implantación de la Lomce, que se implantará a lo largo de tres años, en vez de los dos previstos inicialmente.

De esta forma, el año que viene empezará a aplicarse en Primaria y en la nueva formación Profesional Básica, mientras que los cambios en ESO y Bachillerato comenzarán el curso 2015-2016 y concluirán en el 2016-2017.

La Lomce también ha incorporado enmiendas que favorecen a los centros de educación diferenciada, a los que se les facilita la posibilidad de obtener conciertos por parte de la Administración, y sobre las que la secretaria de Estado no hizo mención alguna en la rueda de prensa.

En cuanto al anuncio del Gobierno vasco de que recurrirá la nueva norma ante el Constitucional, Gomendio contestó que “estamos muy tranquilos, pues uno de los trámites que ha tenido que pasar (la ley) es el Consejo de Estado”, que aseguró que esta norma no supone “ninguna invasión competencial". Tanto País Vasco como Cataluña “están en su derecho de recurrir”, apuntó, para agregar que no ve ningún riesgo en ello.