Biodiversidad
Un 35% de la producción mundial de alimentos depende de polinizadores como las abejas
- Hoy se celebra el Día Mundial de las Abejas
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Cerca de un tercio de la producción mundial de alimentos depende de polinizadores como las abejas, necesarios en el 75% de los cultivos que producen frutas o semillas para uso humano como comida.
La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) aporta esos datos, recogidos por Servimedia, con motivo del Día Mundial de las Abejas, que se celebra este viernes.
Las abejas y otros polinizadores, como las mariposas, los murciélagos y los colibríes, están cada vez más amenazados por los efectos de la actividad humana. La polinización es un proceso fundamental para la supervivencia de los ecosistemas, esencial para la producción y reproducción de muchos cultivos y plantas silvestres.
Casi el 90% de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse, así como el 75% de los cultivos alimentarios y un 35% de las tierras agrícolas del planeta. Los polinizadores no solo contribuyen directamente a la seguridad alimentaria, sino que son indispensables para conservar la biodiversidad.
Para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución al desarrollo sostenible, la ONU declaró el 20 de mayo como Día Mundial de las Abejas con el fin de proteger a éstas y a otros polinizadores para que puedan contribuir de forma significativa a resolver los problemas relacionados con el suministro de alimentos en el mundo y acabar con el hambre en los países en desarrollo.
Esa fecha coincide con el cumpleaños de Anton Jansa, quien en el siglo XVIII fue pionero en las técnicas modernas de apicultura en su Eslovenia natal y elogió a las abejas por su capacidad para trabajar tan duro y necesitar tan poca atención.
Las abejas, que están entre las criaturas más laboriosas del planeta, llevan siglos beneficiando a las personas, las plantas y el medio ambiente. Al transportar el polen de una flor a otra, no solo posibilitan la producción de una abundancia de frutas, frutos secos y semillas, sino también más variedad y mejor calidad, contribuyendo así a la seguridad alimentaria y la nutrición.
MÁS DE 80 MILLONES DE COLMENAS
Como señala un informe de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes) en 2019, "los pasajes sagrados sobre las abejas en las principales religiones del mundo destacan su importancia para las sociedades humanas durante milenios".
La apicultura también proporciona una importante fuente de ingresos para muchos medios de vida rurales. Según Ipbes, la abeja melífera occidental es el polinizador controlado más extendido en el mundo y más de 80 millones de colmenas producen aproximadamente 1,6 millones de toneladas de miel al año.
Sin embargo, el Pnuma (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), apunta que las poblaciones mundiales de abejas han disminuido en las últimas décadas debido a la pérdida de hábitat, las prácticas agrícolas intensivas, los cambios en los patrones climáticos y el uso excesivo de agroquímicos como pesticidas. Esto, a su vez, representa una amenaza para una variedad de plantas críticas para el bienestar y los medios de subsistencia humanos.
También se cree que la contaminación del aire está afectando a las abejas. La investigación preliminar muestra que los contaminantes del aire interactúan con las moléculas de olor liberadas por las plantas que las abejas necesitan para localizar el alimento. Las señales mixtas interfieren con la capacidad de las abejas para alimentarse de manera eficiente, haciéndolas más lentas y menos efectivas en la polinización.
Si bien la gran mayoría de las especies de polinizadores son silvestres, incluidas más de 20.000 especies de abejas, la reproducción masiva y el transporte a gran escala de polinizadores pueden presentar riesgos para la transmisión de patógenos y parásitos.
SEÑALES POSITIVAS
Sin embargo, hay señales positivas. En mayo de 2018, la UE confirmó una prohibición parcial de tres insecticidas conocidos como neonicotinoides para mitigar la amenaza letal que representan para las abejas y su efecto de goteo sobre la polinización en general.
El próximo mes de agosto, cuando los líderes mundiales se reúnan en Kunming (China) en el marco de la Conferencia de Biodiversidad de las Naciones Unidas (conocida como COP15), se espera que finalicen el marco de biodiversidad posterior a 2020, que exige, entre otras cosas, la reducción de pesticidas en al menos dos tercios para 2030.
“Aumentar la diversidad de cultivos y granjas regionales, así como la conservación, gestión o restauración de hábitats específicos, es una forma de combatir el cambio climático y promover la biodiversidad”, apunta Marieta Sakalian, especialista en biodiversidad del Pnuma, quien añade: “Los gobiernos deben tomar la iniciativa”.
(SERVIMEDIA)
20 Mayo 2022
MGR/clc