Esta organización hizo esta petición ante la reunión que el Comité de Representantes Permanentes (Coreper), del que forman parte embajadores de los Estados miembro de la UE, mantendrá este miércoles en Bruselas (Bélgica) para fijar la posición europea sobre los agrocombustibles, que marcará la pauta ante la decisión final que adoptará el Consejo de Europa el próximo mes de diciembre.

Ecologistas en Acción señaló que las posturas defendidas por los representantes españoles en las últimas rondas de negociación sitúan el límite a los agrocombustibles hasta el 8%, tope superior al 5% que recomienda la Comisión Europea y el 6% que votó el Parlamento Europeo, aunque éste incluye también los cultivos energéticos no alimentarios, como la jatropha o la pongamia.

Para Ecologistas en Acción, este límite “debería ser lo más bajo posible, a la vista de que esos agrocombustibles no contribuyen a paliar la crisis energética y climática, pero sí profundizan la crisis alimentaria”.

En este sentido, apuntó que el Banco Mundial, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), la OMC (Organización Mundial del Comercio) o el FMI (Fondo Monetario Internacional) han reconocido que “los precios de los alimentos son sustancialmente más elevados de lo que serían si no se produjesen biocombustibles”.

Ecologistas en Acción subrayó que el consumo del mercado español de agrocombustibles superó el 8% del consumo energético del sector del transporte en 2011, gracias a la exención del impuesto especial sobre hidrocarburos y los objetivos nacionales de consumo obligatorio, lo que supuso un coste de más de 1.100 millones de euros para los contribuyentes, por lo cual el Gobierno redujo el objetivo nacional de consumo al 4,1%.

Esta organización consideró “también preocupante” el apoyo español a la “transferencia estadística”, por la cual biocombustibles de primera generación consumidos en un Estado miembro podrían transferirse a la contabilidad de otros estados pequeños y aislados, lo que haría de España “un santuario de agrocombustibles completamente insostenibles”.

“Las posiciones del Gobierno español en el debate comunitario apuestan por un consumo creciente de agrocombustibles que profundizará la crisis alimentaria y climática”, concluyó.