Así lo explicó en la clausura del XVI Congreso Nacional de la Empresa Familiar, donde indicó que la “radiografía” de España hoy muestra un “inminente retorno al crecimiento” económico, si bien reconoció que hay “retos” por delante.

La mejora de la situación, defendió, muestra que “los esfuerzos no están cayendo en saco roto”, aunque agregó que hay que seguir “vigilantes en el ritmo y el rumbo” reformista impulsado por el Gobierno.

Sáenz de Santamaría se refirió a la subida de las ventas del comercio minorista un 2,2% en septiembre, después de 38 meses a la baja, y aseguró que “las cosas empiezan a cambiar”.

Ello, agregó, “porque ha habido un cambio de rumbo, un cambio que se mantendrá en la determinación del programa de reformas que el país necesita”.

En este sentido, la vicepresidenta recordó que hace un año se hablaba del rescate de la economía española. “Hemos descartado ese destino a base de esfuerzo y determinación”, dijo la número dos del Ejecutivo, quien agregó que, por ejemplo, en este encuentro “no se ha hablado de rescate y sí de recuperación”.

“La sociedad está venciendo este pulso”, destacó Sáenz de Santamaría, quien quiso dejar claro que gracias al esfuerzo de todos “hemos abandonado la recesión”. Además, apuntó que España “tiene condiciones para volver a ser lo que fue”, aunque “no está siendo ni fácil ni gratis” y “hay que culminar un programa de reformas”.

El Gobierno tiene “el rumbo bien definido” y está dispuesto a “no aflojar”, dijo la vicepresidenta, ya que no se puede descartar que “volvamos a tener momentos difíciles”.

"La recuperación es aún débil", subrayó, para añadir que no se puede estar “ensimismado en las cifras”. Además, aseguró que en España “el esfuerzo reformista tiene que mantenerse de por vida”.

La vicepresidenta reconoció la importancia de que la mejora de la economía “se haga sentir” en los hogares para que se pueda afirma que la situación ha cambiado, aunque “la narrativa de nuestra historia ha dado un vuelco en positivo”.

Por otra parte, la vicepresidenta se refirió a la reestructuración del sistema financiero, para indicar que la banca española “está superando las dudas y adquiriendo las condiciones necesarias para apoyar el crecimiento”.