El PP quiere recuperar el diálogo con el PSOE y abrir la puerta a futuros acuerdos

MADRID
SERVIMEDIA

La dirección nacional del Partido Popular está convencida de la necesidad de recuperar el diálogo con el PSOE y volver al consenso en grandes asuntos, consciente de que Alfredo Pérez Rubalcaba no puede pasarse toda la legislatura pidiendo la dimisión de Mariano Rajoy y negándose a hablar con el Ejecutivo.

Así lo están dejando ver dirigentes del PP que insisten en la conveniencia de recuperar puentes de entendimiento con el principal partido de la oposición para afrontar las grandes prioridades políticas que el país tiene por delante.

Para empezar, los populares consideran que deben reanudarse los contactos con el principal partido de la oposición, quien rompió todo canal de diálogo por las desavenencias en la tramitación de la Ley de Transparencia.

El propio Rubalcaba anunció este verano la ruptura de toda relación por la negativa del Gobierno a dar las explicaciones que reclama la oposición sobre la relación con el extesorero del PP Luis Bárcenas.

Entendían en el PSOE que esa negativa era incompatible con la tramitación de una ley llamada “de transparencia” y rompieron toda relación, según precisaron después, no con el PP, solo con el Gobierno.

En el PP consideran que Rubalcaba tendrá que superar esa incongruencia y también la de defender insistentemente el diálogo sobre su propuesta de reforma constitucional sin querer hablar con el partido que sustenta al Gobierno y cuyo respaldo es imprescindible para cualquier reforma semejante.

En todo caso, subrayan que ese diálogo es conveniente y que, con respeto y con lealtad, se puede hablar “de todo”, también de lo que cada cual considera necesario para encontrar un encaje territorial que satisfaga a las demandas mayoritarias en Cataluña y en el resto de España.

La dirección del PP no oculta que baraja fórmulas para ponerlas sobre la mesa en la negociación sobre la financiación autonómica, que preve afrontar a partir del verano del próximo año.

Sin embargo, reconoce que son necesarias gestiones políticas para frenar la deriva secesionista emprendida por las formaciones nacionalistas, y es ahí donde el PSOE hace más énfasis, en la necesidad de dar una respuesta política a quienes no quieren separarse de España pero tampoco que la relación se mantenga en los actuales términos.

Hay, por tanto, posibilidades de acercamiento a partir de premisas básicas como la oposición a la consulta soberanista, la convicción de que el futuro de Cataluña afecta a todos los españoles, y la necesidad de dar soluciones políticas más allá de fórmulas de financiación.

En la dirección del PP creen que merece la pena sentarse a una mesa y explorar vías de acercamiento, y dudan, eso sí, de la validez de los interlocutores del PSOE a la vista de la situación interna del partido, las voces que cuestionan el liderazgo de Rubalcaba y la incógnita sobre lo que puede ocurrir en las próximas primarias.

Ven con temor la posibilidad de avanzar en un diálogo que pueda quedar en papel mojado en función de lo que ocurra en el PSOE en los próximos meses, pero a pesar de ello consideran que se pueden encontrar interlocutores válidos con los que ir avanzando y tejiendo los puentes que se han resquebrajado en los últimos tiempos.

Sin embargo, esta tesis que defienen destacados dirigentes de la cúpula del PP cuenta con matices en el Gobierno de Mariano Rajoy. Fuentes de La Moncloa precisaron a Servimedia que es necesario recuperar el diálogo con el PSOE para sacar adelante algunas reformas importantes.

Entre ellas destaca, por inmediata, la renovación de los vocales del Consejo General del Poder Judicial, que el Gobierno espera aprobar en las próximas semanas gracias a los canales parlamentarios de comunicación que populares y socialistas no han interrumpido del todo.

En el Ejecutivo de Mariano Rajoy confían en que ese diálogo sirva para recuperar el consenso en algunas reformas y para tejer bases de acuerdo en la gestión de la tensión territorial, aunque se oponen frontalmente a la propuesta del PSOE de reformar la Constitución, y menos si es para incorporar los tintes federalistas que defienden los socialistas.

El Gobierno cree que no se dan las circunstancias para afrontar una reforma del modelo de Estado, que según el propio Rajoy requeriría tener claro el objetivo y un consenso superior al que hizo posible la Carta Magna de 1978. Ahora mismo, recalcan, no se dan ninguna de las dos premisas.

(SERVIMEDIA)
23 Oct 2013
CLC/PAI/gja