En los pasillos del Congreso, subrayó que son los tribunales los que deben tomar ahora las decisiones oportunas para aplicar esa sentencia, "caso por caso" a la vista de cada recurso.

En cuanto al caso de Inés del Río, a la que afecta directamente la sentencia, subrayó que probablemente saldrá a la calle pero lo hará "con las manos manchadas de sangre" y siempre será "una asesina" responsable de sus crímenes, porque "hay una condena social que no prescribe nunca".

Subrayó que el objetivo sigue siendo "la derrota policial" del terrorismo y también "la derrota política de todas sus pretensiones".

En su opinión, la batalla a dar ahora es que en la memoria colectiva quede claro que ETA forma parte "del basurero de la historia".

Fue "un movimiento, una mafia, totalitaria y criminal, y lo sigue siendo", y eso es lo que deberá dejar claro la historia.

Por ello, los terroristas condenados saldrán a la calle pero "seguirán siendo unos criminales".

Alonso extrajo un aprendizaje de lo sucedido, y es que durante décadas España tuvo "leyes débiles" frente a crímenes que amenazaban al conjunto de la sociedad, y una democracia fuerte "necesita leyes fuertes".

Por ello la legislación comenzó a cambiar en los años noventa, subrayó, y el PP cree que aún quedan pasos por dar para "fortalecer la democracia".

El debate de la nueva reforma del Código Penal que se tramita en el Parlamento es una "buena ocasión" para que todos aquellos "a los que nos prepugnan las leyes débiles" contribuyan a fortalecerlas.

Es una buena forma, sentenció, de aprobar leyes que protejan de forma efectiva a los ciudadanos e impidan "espectáculos" en el futuro.

Alonso llamó expresamente al PNV a contribuir para construir un relato de lo sucedido que huya "de cualquier equidistancia" entre las víctimas y los verdugos y que de ninguna forma "pueda servir para legitimar el terrorismo ni para blanquear los crímenes de los etarras".